Manizales es una ciudad joven. 170 años es nada si se compara con los 7.019 años de Byblos, en el Líbano, considerada la ciudad habitada más antigua del mundo. A pesar de ello se percibe limitada, no solo por su topografía sino por su falta de ideas. Se siente atrasada.
Al revisar la edición del pasado domingo de LA PATRIA (No. 34831), en la que hacen un recuento de los logros de nuestra ciudad en estos 170 años, se nota la falta de ambición de nuestros líderes locales en las últimas décadas. Sobre todo en infraestructura.
Manizales, hasta los años 50 del siglo pasado, tuvo cable aéreo hasta Mariquita (Tolima), tuvo ferrocarriles y se le midió a construir un aeropuerto en medio de las montañas y una plaza de toros a modo de pedestal. Tuvo teatros de lujo, como el Olimpia, y se reconstruyó después de tres incendios y un par de fuertes sismos.
Eran tiempos de líderes arrojados y visionarios. Pero sus herederos - nosotros - despilfarramos ese capital. Nos dormimos en los laureles y nos volvimos pusilánimes. Consideramos como un gran logro de la ingeniería los 3 kilómetros de cable aéreo entre Los Fundadores y Villamaría, olvidando los 73 kilómetros que nos unieron con el municipio tolimense entre 1922 y 1968, o el que nos conectó con Aranzazu. La red de cable aéreo más grande del mundo en su momento.
Cambiamos los trenes de carga y pasajeros por camiones y buses; los rieles y túneles por caminos serpeantes. La eficiencia por los altos costos, los trancones y la contaminación. 
En los últimos años, los proyectos que pudieron ser grandes desarrollos para la ciudad terminaron siendo terribles fiascos, como el de la comuna San José. O se sienten a medio camino o abandonados, como la Avenida Colón. O esas “ambiciosas” vías de tres carriles que terminan hechas un embudo de un solo carril.
Y las obras viales que se ejecutan actualmente en la avenida Kevin Ángel, podrán ser faraónicas, pero varios expertos han señalado que no mejorarán la circulación vial de la ciudad. Un territorio estrecho, lleno de carros y a merced de las mafias de los transportadores para que cedan al momento de hacer un sistema integrado de transporte eficiente.
Tenemos a cuatro candidatos a la alcaldía y ninguno parece dar la talla para grandes proyectos como los de nuestros antepasados. Sus ideas son a corto plazo. Obedecen más a intereses políticos y amistades que al colectivo. 
170 años, de los cuales cien fueron de grandeza y los últimos 70 se sienten decadentes. De triunfos individuales y no colectivos. Estamos en deuda con esa Manizales que se tuvo y que ahora, por momentos, se detuvo.