El comentario lo leí en Twitter - “Este país es un meme” - y hacía referencia al trino que el presidente del Senado, Ernesto Macías, hizo sobre el exguerrillero y congresista Jesús Santrich, que se voló, al parecer, rumbo a Venezuela para evadir a la Jurisdicción Especial para la Paz - JEP y las investigaciones por narcotráfico en su contra. Macías escribió, y luego eliminó, un largo tuit que remató con “Ahora confiar en @Interpol”. Arrobó, sin embargo, no a la Policía internacional (Interpol - @INTERPOL_HQ) sino a la banda de rock estadounidense Interpol.
Un error que le pudo pasar a cualquiera, pero la cabeza del Congreso ya debería estar curado en esto. Ya le había sucedido al decir que Cuba y Noruega no debían inmiscuirse en la “soberanía” de Colombia, luego de que estos países mostraran su preocupación por el destino de la Ley Estatutaria de la JEP. Olvidaba Macías, en este comentario, que esas naciones fueron garantes del proceso de paz.
Desde que tomó posesión del cargo, Macías es una fuente de disparates. Parten desde su dudoso currículo académico (lleno de validaciones e imprecisiones que lo retratan solo como un bachiller), pasando por el discurso lambón, venenoso y mentiroso que dio durante la posesión del presidente Iván Duque, las marrullerías para frenar las propuestas anticorrupción y que esta semana terminan con la Interpol equivocada.
Salidas en falso que son fuente para crear memes, esas ideas transformadas en imágenes cargadas de humor y que se hacen virales en las redes sociales. Pero no es solo Macías, es todo lo que rodea a este gobierno, comenzando por su cabeza, el presidente Duque. El mandatario de los colombianos nos hace pasar vergüenzas con sus “unicornios”, “siete enanitos”, “economías naranja”, karaokes improvisados en almuerzos con dignatarios, destrezas con el balón frente a inversionistas o recados llenos de candor, como de monaguillo imberbe. “Le manda saludos el presidente Uribe. Su gran amigo. Que lo quiere mucho”, le dijo al rey Felipe VI.
Detrás de él, su vicepresidenta, Marta Lucía Ramírez, que pide orar por el venezolano Juan Guaidó porque cree que le hacen brujería. O que compara el herbicida tóxico glifosato con beber agua en exceso. Está el minHacienda, Alberto Carrasquilla, que cree que el salario mínimo “es ridículamente alto” en Colombia, el cuarto país más desigual del mundo según el Banco Mundial. Un minSalud que vela más por los intereses de la Asociación Nacional de Industriales (ANDI) y los productores de bebidas azucaradas que por la salud de los colombianos. Y el minDefensa, Guillermo Botero, que asegura que a los líderes sociales los asesinan por “líos de faldas”, que el glifosato es inocuo a pesar de lo que diga la OMS, que miente sobre ejecuciones extrajudiciales y después las justifica, o que asegura en público que los hechos de inseguridad en el Vichada se limitan al “robo de ropa que está siendo extendida en unas cuerdas para su secado”.
Además, el ministro Botero da declaraciones oculto tras una chaqueta, como se tapan los detenidos cuando son presentados ante los medios, y pide que su testimonio salga el 28 de diciembre, como le dijo a Noticias Uno. O sea, lo que salga de su boca es una inocentada.
Se suma a la lista de memes la cabeza del clan, el líder del Centro Democrático, el expresidente Álvaro Uribe. Esta semana salió a desmentir sus propias declaraciones, al querer quitarle crédito a Juan Manuel Santos, entonces ministro de Defensa, en lo ocurrido en la Operación Jaque, cuando hace once años lo felicitó en público por este exitoso rescate de secuestrados. “Cabe tanto mal en el espíritu humano, que cabe esta contradicción: la envidia y el desprecio”, dijo el escritor Leopoldo Alas.
En los gobiernos anteriores también hubo muchos dirigentes y políticos dignos de memes y chistes. Basta recordar el repertorio que dejó Turbay. Pero gracias a las redes sociales y la hiperconectividad de hoy, la imbecilidad de la actual administración se magnifica y opaca sus logros (¿los hay?). Sus descaches se exportan en tiempo récord a celulares y computadores. Y Colombia queda en ridículo. Queda reducida a un meme.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015