El panorama en Manizales a las próximas elecciones a la Alcaldía es frustrante. Si bien hay candidatos (o precandidatos, porque todavía no se han inscrito), ninguno entusiasma al votante… tal vez a algún contratista o calanchín.
Sobresalen en las encuestas del Centro Nacional de Consultoría y que pasan por noticieros como CM& los nombres de Carlos Mario Marín Correa (Partido Verde), Jorge Hernán Mesa Botero (Partido Liberal) y Jorge Hernán Yepes Alzate (Partido Conservador). El primero se hizo un nombre en la ciudad tras su paso por el Concejo, lugar que usó para shows mediáticos y ataques irresponsables. Situaciones que le valieron sanciones, demandas, rechazo de sus colegas e incluso un paseo por la cárcel a comienzos de este año.
Sus salidas mockusianas fueron desafortunadas pues sus mensajes eran vanos, ridículos. Carecían de la carga simbólica que el líder del Partido Verde, el profesor Antanas Mockus logró en su momento con sus zanahorias, tarjetas y hasta bajándose los pantalones. Entonces, como los muñequitos no le funcionaron, Marín pasó a los gritos. Luego a los insultos xenófobos, a las denuncias sin fundamentos. Actos que devaluaban y hacían daño a discursos e investigaciones serias como en el caso de la biociudadela Tierraviva.
Marín es una veleta al viento. Una boca sin filtro. Un tiro al aire. A veces me recuerda a Donald Trump por esa arrogancia que le da el papel de “outsider”, de no pertenecer a una casta política tradicional. Y es como el presidente de EE.UU. por lo bocazas que es y por su oportunismo. A veces, al escucharlo, pienso en denunciar a la Unidad de Gestión de Riesgo y el BYR por haberlo rescatado cuando se perdió en la reserva natural de Río Blanco. Hubiese sido mejor que se quedará allá, como animal de monte.
De salir elegido, Marín tiene potencial para buscarse una inhabilidad o una destitución. Para someter a la ciudad a otro costoso proceso electoral extemporáneo.
Quien sí tiene recorrido político es Jorge Hernán Mesa Botero. Si el anterior era un animal de monte, este es un animal político. Basta ver cómo salta de bando político con tal de alcanzar un puesto. Fue representante a la Cámara por el Partido Conservador línea yepista, luego liberal apoyado por Opción Ciudadana y el Movimiento Alternativo Indígena y Social (MAIS). Ahora el Liberal de la línea de Mario Castaño, lo que indica el apoyo del Centro Democrático.
Eso refleja que de ideales, poco; y que está más con los intereses particulares que por los generales. Además, es el avalado por Mario Castaño, el nuevo barón electoral de la región y de quien todavía nos preguntamos cómo, tras su paso por la Industria Licorera de Caldas, amasó tanto poder. Y dinero. Pocos se dan el lujo de hacer campaña en helicóptero, como lo indicaron algunos habitantes de Pácora hace unos años. O de rifar cinco motos entre los asistentes a sus reuniones políticas.
Lo anterior hace que la imagen de Mesa cojee y que las decisiones que tome, como candidato o alcalde, sean puestas en duda y nos preguntemos quién sale beneficiado de eso.
Y está el doctor Jorge Hernán Yepes Alzate. Su buena gestión en el hospital Santa Sofía es reconocida y quienes trabajaron con él aseguran que es buen jefe y buen tipo. Carga, sin embargo, el inri de ser hermano de Ómar Yepes, cacique venido a menos y hoy jefe del Partido Conservador, y de Arturo Yepes, cuyo mayor mérito político fue sembrar cizaña. Si bien no son las mismas personas, elegir a Jorge Hernán es darle un nuevo aire al yepismo que, tras cada elección, parece entrar en la lista de especies en vías de extinción. Es anexar más páginas a una historia regional que debió concluir hace una década tras las denuncias e investigaciones que casi le cuestan la investidura de senador a Ómar y su sombra de corrupción.
Sin arrancar oficialmente esta carrera - que arrancó hace rato - se percibe que algunos se pasarán de vivos y otros caerán por bobos.
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