El 26 de febrero se presentaron los resultados de la cuarta entrega del Cómo Vamos en Educación Superior Manizales 2019, estudio realizado por el programa Manizales Cómo Vamos, que recoge información de diversos indicadores de fuente primaria y secundaria para tener una radiografía del sector, como una estrategia de medición de una de las apuestas de ciudad que es la educación superior.

El estudio muestra realidades interesantes, posiblemente ya conocidas por algunos: en Manizales existen más de 46 mil estudiantes matriculados, donde una de las mayores variaciones ha sido en modalidad virtual, uno de cada tres estudia algún pregrado relacionado al área del conocimiento de las ciencias económicas (economía, administración, contaduría y afines), cerca de la mitad de los estudiantes son de otras regiones, sobresaliendo Nariño, Valle del Cauca, Tolima y Risaralda, la tasa de deserción está parqueada en un rango promedio entre 7% y 13%, la población mayor a 25 años con pregrado ha aumentado en proporciones en la ciudad y contamos con la más alta participación de universidades con acreditación de alta calidad.

Hasta ahí el cómo vamos. La pregunta realmente importante es ¿hacia dónde vamos? Si nos enfocamos en esta última, existen cifras inquietantes. Desde el estudio se muestra por ejemplo que la variación anual de la matrícula viene disminuyendo en los últimos años, aproximadamente solo el 60% de los programas de pregrado universitario tienen acreditación de alta calidad (cifra que se reduce en especialización, maestría y doctorado) y en la misma proporción, los docentes que tienen algún nivel de posgrado, el 35% de los grupos de investigación se encuentran en categoría C y D y el ingreso monetario real de un recién graduado de pregrado viene cayendo al 1,6% anual desde 2010 en Manizales.

A estas cifras, podemos añadir información más reciente, que está relacionado con la calidad de los graduados: Pruebas Saber Pro 2019. Con información de SNIES, el puntaje global (0-300) de las principales instituciones de educación superior en Manizales fue: Universidad Nacional de Colombia Sede Manizales (166), Universidad de Caldas (154), Universidad Autónoma de Manizales (149), Universidad de Manizales (146) y Universidad Católica de Manizales (143), los cuales, están en su mayoría sobre el promedio nacional (147) y muestran una brecha significativa frente a instituciones que están catalogadas en la frontera del conocimiento en el país, por ejemplo, Universidad de los Andes que obtuvo un puntaje de 190. Adicionalmente, en el agregado se evidencia un grueso de estudiantes, entre el 30% y 40%, estancados en los niveles de desempeño más bajos (1 y 2) en las competencias genéricas (razonamiento cuantitativo, competencias ciudadanas, lectura crítica y comunicación escrita) y en los niveles -A1 y A1 en inglés.

Solo para proponer pensarnos como ciudad, recordar que una de las frases más contundentes de la visión en el Plan de Ordenamiento Territorial de Manizales 2017-2031 es que Manizales sea “Capital Universitaria del conocimiento, el emprendimiento y la innovación del país”, situación que con las anteriores cifras se convierte en un escenario no tan claro. En este panorama, debemos empezar a cuestionarnos las acciones concretas para poder cumplir con dicha visión en la próxima década y trazar el rumbo con la academia de aliado que permita que Manizales sobresalga más allá de los mismos indicadores de siempre. En este camino, la discusión debe empezar desde más atrás, involucrando los profesores y estudiantes de la educación básica y media, ya que el proceso de educación no inicia en las universidades. Para esto, es urgente abordar la disparidad en los rendimientos según los colegios públicos y privados, la pertinencia del debate en la metodología de aprendizaje y comprender la población objeto de estudio, que desde su nacimiento está marcada por su situación socioeconómica, variable que se vuelve determinante en el desempeño académico futuro.