El exministro de TICs David Luna hace parte de mi lista personal de “gente por la que jamás votaré”, pero comparto sus críticas a la Superintendencia de Industria y Comercio que en diciembre suspendió a Uber por competencia desleal.
Escribió Luna en Twitter: “es como si El Espectador hubiese solicitado suspender a El Tiempo por ser el primero que ofreció servicios en digital o como si 4-72 solicitara suspender a Gmail o Hotmail por ser los primeros que ofrecieron servicios de envío de cartas en digital. Bajo esa lógica absurdamente van a tener que suspender Netflix, Airbnb, Amazon y OLX”. Agrega que “la tecnología va más rápido que la legislación y hay que adaptarse” y que “el principio de neutralidad de red que consagra nuestra ley busca garantizar que el consumidor tenga derecho a escoger el mejor servicio”. Sobre el tema de neutralidad en Internet, que da para otra columna, otras voces dijeron que la decisión colombiana pone a nuestro país al nivel de China, en donde el gobierno prohíbe Facebook.
Tienen razón. Es absurdo que el gobierno Duque, el de la economía naranja que se vende como promotor de los emprendimientos en tecnología, bloquee un desarrollo digital que hoy opera en beneficio de la gente y sin acabar el negocio de los taxis, como anuncian los apocalípticos. Taxis hay en casi todo el mundo y también en buena parte del planeta operan servicios de transporte que se piden desde el celular.
Es posible que en Manizales el debate suene lejano porque no tenemos Uber, pero debería interesarnos (¿por qué no tenemos Uber?). Acá es fácil conseguir un taxi, son seguros, los taxistas suelen ser amables y lo llevan a uno a cualquier sitio, pero no en todas las ciudades funciona así y en todo caso la competencia es benéfica. Escribo competencia en el transporte público y pienso en las ventajas que trajo Easyfly cuando llegó a La Nubia y acabó el monopolio de Avianca.
Uber, Lyft, Didi, Grab, Ola, Cabify, Beat , Bolt, Blablacar, InDriver y otras multinacionales funcionan gracias a aplicaciones que se descargan en el teléfono móvil. Son carros particulares que transportan pasajeros y le permiten al usuario comparar precios, compartir el vehículo con otros viajeros o elegir la opción más económica.
En los aeropuertos de Estados Unidos están señalizadas las puertas para abordar vehículos de Uber y Lyft. En México la competencia de Uber es Didi, otra empresa que también funciona en Bogotá aunque bajo el temor permanente de que un grupo de taxistas, de esos que le dicen al usuario “yo por allá no voy”, bloquee o agreda al conductor, como ya ha pasado, bajo la complicidad del gobierno que suspende el servicio en vez de reglamentarlo.
Uber estudia demandar al Estado colombiano porque suspender su operación viola el TLC con Estados Unidos y el senador Jorge Robledo anunció un debate en el Senado porque considera que Uber es ilegal y que no paga impuesto de renta en Colombia. Me parece que la legislación podría actualizarse para que en Colombia funcionen las plataformas que operan sin problema en otros países y que, en cambio, la ilegalidad mayor consiste en la mafia de los cupos de los taxis.
A estas multinacionales les cuestionan el tema de elusión tributaria pero su rápido crecimiento en todo el mundo obedece no solo a los beneficios que encuentran los viajeros sino también los conductores: ganan en autonomía, en mayor control sobre su propio trabajo, mejores ingresos y como trabajan cuando quieren se liberan de los turnos y de la obligación de entregar “el producido”. Los perjudicados han sido los empresarios de los taxis: los que venden cupos que cuestan más que el mismo carro y manejan tanto poder que influyen en decisiones políticas que van desde imponer normas de pico y placa hasta promover paros que paralizan ciudades.
El lunes Noticias Uno reveló que el gremio de taxistas acordó a finales de noviembre con el presidente Duque y el senador Álvaro Uribe que no entraría en el paro nacional a cambio de que el gobierno bloqueara la plataforma de Uber. Empiezo a entender por dónde va la cosa: en contravía del resto del planeta.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015