El Código Civil colombiano tiene más de 130 años y muchos de sus apartes se le atribuyen al venezolano Andrés Bello, poeta que explicó con metáforas conceptos jurídicos que siguen vigentes.
Uno de ellos es el deber que tenemos de cuidar, explicado a partir de la figura del buen padre de familia. El código prescribe que un arrendatario debe cuidar la vivienda como un buen padre de familia, que hay dilapidación si el deudor aventura un dinero mayor al que gastaría un buen padre de familia, y que es culpable quien administra un negocio sin el cuidado que tendría un buen padre de familia.
Este lunes un buen padre de familia, Jesús Lacídes Mosquera, preguntó en los medios: “¿ustedes habrían mandado a sus hijos a una maniobra tan peligrosa?”. A alguien se le ocurrió que sería pintoresco incluir en el Desfile de Silleteros una bandera de Colombia colgando de una cuerda atada a un helicóptero y sostenida en el aire por dos hombres: el sargento mayor Jesús Mosquera López y el técnico cuarto Sebastián Gamboa.
Duele imaginar lo que pasó por sus mentes en los segundos de caída libre previos al golpe final. He pensado mucho en la imagen que los muestra en el vacío porque me parece una síntesis de la historia de este país tan lleno de jóvenes arrojados a la muerte, desaparecidos o mutilados, en nombre de símbolos como la bandera o el honor. 200 años de independencia son también 200 años de guerras que libran hijos de otros, por lo general campesinos y personas humildes. A muchos padres de la patria, que toman decisiones desde el escritorio y ven revistas aéreas desde los palcos, les queda grande lo que pedía Andrés Bello: cuidar como lo haría un buen padre de familia.