Sería más fácil no contar por quién voy a votar. Escudarme en que el voto es secreto y publicar una columna genérica, de esas en las que el que firma no se moja ni se compromete ni opina y queda bien con todos.
Sería más fácil, pero desde que soy columnista adopté como uno de mis faros a Orlando Sierra Hernández, quien decía que los lectores tienen derecho a conocer las preferencias electorales de los columnistas. Vale recordar que a Orlando lo asesinaron en 2002 por orden de Ferney Tapasco, líder en ese entonces del Partido Liberal en Caldas, y que Óscar Jaime, el hijo de Tapasco, es hoy candidato por el partido Colombia Renaciente, el mismo de Luis Guillermo Giraldo Hurtado.
Siguiendo el criterio de Orlando les cuento entonces por quién votaré el 27 de octubre: para la Alcaldía de Manizales por Andrés Felipe Betancourth, para la Gobernación de Caldas por Luis Carlos Velásquez, para la Asamblea Departamental por Juan Sebastián Gómez (U #51) y para el Concejo de Manizales por alguna mujer de la lista Alternativa.
Andrés Felipe Betancourth es un candidato serio, honesto y trabajador. Es estudioso, tiene experiencia en el sector público y conoce bien sobre temas sociales como educación, salud, convivencia, medio ambiente y cultura, que me interesan de manera particular. Hace campaña con austeridad franciscana porque está lejos de las maquinarias, pero lo que le falta en plata lo tiene en transparencia y probidad.
Luis Carlos Velásquez me sorprendió en los debates. Se le nota que ha estudiado los asuntos del departamento, que tiene ganas de acertar y ofrece continuidad frente a la buena gestión del gobernador Guido Echeverri. Su origen popular evidencia que se ha hecho con esfuerzo y no es heredero de nada. Es bachiller del Inem y arquitecto de la U. Nacional. En cuanto al respaldo de Mauricio Lizcano a su campaña, así como de otros financiadores, Luis Carlos dice que él quiere recibir apoyo de mucha gente pero que eso no implica compromisos burocráticos. Ojalá.
Por Juan Sebastián Gómez (Partido de la U #51) voto contenta para la Asamblea. Es uno de los pocos políticos con los que me identifico por su trabajo coherente durante años en pro del derecho a la diferencia y las libertades individuales. Espero que en un tiempo mi voto contribuya a elegirlo como alcalde de Manizales.
Para el Concejo de Manizales votaré por una mujer de la lista Alternativa. Puede ser por la candidata transgénero Nicolle Osorio (#13), la profesora e historiadora Susana Urrea (#3), la líder sindical Claudia Orozco (#16), la representante estudiantil Dilelly Zapata (#15), la activista social Rocío Giraldo (#9) o la comerciante Paula Restrepo (#11). No he decidido aún por cuál, pero deseo votar por una mujer y de paso empujar la lista Alternativa, que entre las 11 inscritas es la que mejores garantías me da para un ejercicio de verdadero control político. Lo digo pensando en el Partido Verde, que hace cuatro años alcanzó curules bajo la sombrilla de la oposición y terminó con concejales dentro de la bancada de gobierno.
En 1994, cuando anunció su intención de voto, Orlando Sierra escribió: “Aclaro que no busco influenciar a nadie; tan solo dejar mi testimonio”. Aclaro lo mismo, aunque la experiencia indica que hacer públicas las simpatías políticas implica exponerse a todo tipo de insultos, señalamientos y críticas.
Hace un año dije acá que para mí escribir es desnudarse. Reciban entonces esta columna como otro acto de desnudez.
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