La larga sequía que sufrió gran parte de Brasil meses atrás, seguida de una fuerte helada en plantaciones clave del estado de Minas Gerais, en el sureste, donde está el 70% de la producción de café arábica de ese país, ha llevado a una escasez del grano que, paradójicamente, favoreció el precio internacional del café suave colombiano. Eso también sirvió para que el precio interno se eleve, a niveles que hacen muy rentable la actividad. El llamado a los cafeteros es a invertir en sus fincas y ahorrar para el futuro.
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