Derrota jurídica de Trump
Señor director:
El avieso e ilegal intento del siniestro expresidente Donald Trump de bloquear el acceso de la Comisión de la Cámara de Representantes de ese país (que investiga la responsabilidad de éste en el violento ataque al capitolio perpetrado por sus seguidores el año pasado) a la documentación generada por la Casa Blanca en relación con dicho ataque, recibió una estocada definitiva con la importante decisión adoptada por la Suprema Corte estadounidense en el sentido de despejar el camino de acceso a dichos documentos, lo que, de una vez por todas dejaría en evidencia la responsabilidad de Trump y toda su camarilla en ese grave despropósito contra la democracia. Teniendo en cuenta la crucial batalla que se libra en Estados Unidos entre la vigencia del Estado de Derecho y sus instituciones contra lo peor de la derecha cavernaria de ese país que viene haciendo todo lo posible por desmontarlo, esa decisión, adoptada casi por unanimidad el 19 de enero (solo salvó su voto el juez conservador Clarence Thomas), determinó que la figura del “privilegio ejecutivo” en la cual pretendía apoyarse el exmandatario, no puede estar por encima del interés de la nación en que se conozca y se divulgue qué pasó y sobre todo cuál es la responsabilidad del ejecutivo en ese violento hecho, pues, como es evidente inclusive para el más desprevenido de los observadores, el intento trumpiano por evitar que el Congreso norteamericano certificara el resultado de las elecciones presidenciales, es decir, la clara, legítima y nítida victoria de Joe Biden constituyó un ataque grave no solo a dicha institución presidencial, sino y ante todo a la democracia misma y a los más sagrados pilares sobre los cuales se asienta.
Y que ello es así, lo certifica una circunstancia diría trascendental y con la cual Trump no contaba para nada, el voto en contra de sus espurios intereses por parte de los tres jueces que él había nominado para dicha Corte: Brett Kavanaugh, Neil Gorsuch y Amy Coney Barrett. Se abre así un camino claro y expedito para establecer y determinar lo que es un secreto a voces, esto es, la innegable responsabilidad de ese farsante expresidente en un oscuro hecho que puso en vilo la institucionalidad de un país que, con razón o no, había sido hasta hace muy poco tiempo un faro para las democracias del mundo. Esa decisión judicial, importantísima y esencial por demás, viene a decirnos que nadie puede estar por encima de la ley ni pretender vulnerar impunemente. Debe Trump afrontar toda la responsabilidad por sus perversas maquinaciones.
Atentamente,
Óscar Villada Martínez
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015