Literatura caldense
Señor director:
En la sección 'Supimos que' del 5 de enero, el redactor dice que las publicaciones “sobre historia de la literatura caldense en los 114 años de historia del departamento” son seis. Según mis informes, son más de una docena. Y es probable que haya títulos que se me escapen.
Van los siguientes: Retablos (1939), libro biográfico-antológico del que es autor Gilberto Agudelo, poeta, fundador de la librería, de la editorial, de la revista y del grupo Atalaya, representante del llamado Grecolatinismo de izquierda. El ensayo Escritores caldenses y antioqueños: grecolatinos y clásicos (1946), aparecido en el semanario Sábado, firmado por Fedro, atribuido a nadie menos que a Eduardo Caballero Caderón. Letras y letrados (1962), del cuentista calarqueño, columnista por más de medio siglo en LA PATRIA y de los diarios del Quindío, Humberto Jaramillo Ángel. Caldas y su Cultura (1958), por uno de los fundadores del grupo Milenios, Samuel Ocampo Trujillo.
La comarca canta, la histórica y selecta antología Caldas en la poesía (1970), obra póstuma del poeta, gran prosista y exsubdirector de LA PATRIA, Rafael Lema Echeverri. Fueron varios los rigurosos ensayos que el autorizado crítico Jaime Mejía Duque dedicó a los Problemas de la Literatura de Caldas (1980). El Grecolatinismo ¿Qué nos dejó? (1978) fue la pregunta polémica planteada por Javier Calderón Rivera, cuyas respuestas fueron recogidas por Octavio Jaramillo Echeverri en ¿Qué es el Grecolatinismo? (1988). Cátedra Caldense (1984) del siempre citado Otto Morales Benítez. Los seis tomos de los Encuentros de la Palabra de Riosucio (1985-1991), que contienen magníficas y novedosas ponencias de especialistas sobre todos los aspectos de la cultura caldense.
Las Tradiciones modernistas y grecolatina en Novelistas Caldenses (1988) del novelista y estudioso crítico antioqueño Álvaro Pineda Botero en el libro Del mito a la modernidad (1990). Con lamentables inexactitudes, los panoramas en Antología del arte en el Viejo Caldas expuestos por los periodistas Ovidio Rincón y Bonel Patiño Noreña, en un volumen de lujo auspiciado por el Senado de la República (1990). Las amplias y generosas antologías de poesía que en tres volúmenes recogió solitario el acucioso Jaime Bedoya Martínez en Más de un siglo de poesía en el Gran Caldas (1995).
El Manual de Literatura Caldense (1994), de varios autores, que salió con errores, tergiversaciones y olvidos, rectificados en parte en el libro Juicio en Parábolas (1994), con más de 150 escritores, del maestro Hernando Salazar Patiño, el mayor conocedor de la historia del periodismo y de la literatura de Caldas. Otros ensayos suyos sobre Cultura y Generaciones en Caldas (1983, 86), Diez escritores Dos generaciones (1991), Sociedad y Cultura Siglo XIX Siglo XX, en Manizales Fin de Siglo (1994), a los que se pueden agregar los del sociólogo y poeta Jaime Eduardo Jaramillo Siglo XX: Generaciones y Cultura en Caldas en la década del sesenta y la tesis de grado Las ideas Literarias en Dos generaciones de Caldas (1984) con la que María Luz Franco optó para el título en Filosofía y Letras.
Por último, tomándolas de estas fuentes, sin corregirlas, a la manera del Catecismo Histórico y Geográfico de Caldas de Jorge Montoya Velásquez (1956), el periodista José Jaramillo Mejía hizo 210 preguntas con respuestas sobre Literatura del departamento de Caldas (2002), en cuaderno que le auspició la Gobernación.
No tiene otro objetivo esta bibliografía, que completar la valiosa información de la columna, darles bases a los académicos, facilitar las búsquedas de los investigadores y satisfacer la curiosidad de los lectores de LA PATRIA.
Carlos M. Vallejo Trujillo
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