El aeropuerto en el Km 41
Señor director:
Leyendo la columna de opinión del Dr. Germán Cardona G. publicada en este diario el domingo 26, sobre el aeropuerto Aerocafé o Aeropuerto de Palestina resulta increíble que después de más de 34 años de iniciado el proyecto, después de más de 100 mil millones de pesos invertidos, después de más de 6 presidentes con promesas de ayuda y auxilios, después de innumerables aportes millonarios de la Alcaldía y Gobernación, después de la promesa del presidente Duque para invertir $440.000 millones, después de que él mismo promete aterrizar allí antes de terminar su mandato, después de ires y venires con la Agencia Nacional de Infraestructura ANI, después de innumerables estudios, algunos fallidos y otros reales, después de 6 gerentes, de los cuales yo solo destacaría la labor del Dr. Luis Fernando Mejía G. en su momento, ahora aparece la cereza en el pastel: un piloto de "amplísima experiencia" (sic), es quien viene a decir dónde debería ser construido realmente un aeropuerto que le convenga a Manizales y ese sitio es el KM 41.
Me pregunto qué intereses hay detrás de las bondades de esta nueva o futura opción de proyecto de aeropuerto.
Esas son las situaciones que solo pasan en Locombia.
Jorge Iván Gaviria V.
La lucha contra la corrupción
Señor director:
Al aplaudir el liderazgo asumido por el diario LA PATRIA frente a la lucha contra la corrupción y la búsqueda de transparencia en la gestión pública, queremos contribuir a este esfuerzo con estas reflexiones: En la administración pública lograr que la actuación administrativa sea transparente, y que se reduzca -y ojalá elimine- la corrupción son finalidades inseparables, no fáciles de conseguir, y que deben comprometer un serio y organizado esfuerzo, no solo del gobierno municipal sino de la sociedad en general.
Por supuesto que en la consecución de estos propósitos la iniciativa estatal es imprescindible, pero para que sea viable debe provenir de un alcalde que encabece un grupo de funcionarios sin tacha y, por ende, con autoridad moral. Los expertos en el tema aconsejan partir, para obtener estos objetivos, de cambios estructurales en la administración, por lo que tratando de interpretarlos hemos propuesto crear en la Alcaldía de Manizales el "Sistema Municipal de Lucha Contra la Corrupción", instrumentado mediante un "Consejo Consultivo", el "Alto Consejero para la Transparencia y la Gobernabilidad" y la sala de transparencia, órganos que deben contar con un adecuado soporte presupuestal y tener a cargo formular y evaluar, unos, y ejecutar, otros, políticas públicas y tareas que garanticen el eficaz funcionamiento del sistema.
Entre esas tareas o acciones podrían incluirse las siguientes: 1ª.- Que los funcionarios municipales cumplan estrictamente y hagan cumplir las normas que rigen la función administrativa. 2ª.- Propugnar por eliminar las oportunidades de incurrir los servidores públicos y los contratistas en conductas de corrupción. 3ª.- Rotar periódicamente en sus puestos de trabajo a funcionarios que manejen bienes o recursos públicos. 4ª.- Garantizar la reserva de denunciantes de actos de corrupción, facilitarles al máximo la formulación de denuncias o quejas, que deben tener alguna fundamentación, y darles a aquellos incentivos en el evento de que como resultado de las denuncias haya para el municipio recuperación patrimonial. 5ª.- Promover la inclusión en todas las instituciones educativas, desde las de preescolar, de programas académicos para formar a los alumnos en valores humanos. 6ª.- Formar y actualizar a los servidores públicos en buenas prácticas que conduzcan a crearles conciencia acerca del trato digno y las respuestas oportunas y adecuadas que deben darle a las personas que buscan los servicios públicos; a inculcarles el respeto por lo público; y a comprometerlos a manejar los dineros y bienes públicos, que son sagrados, con pulcritud, diligencia y cuidado. 7ª.- Crear adecuados mecanismos de control que eviten los abusos de poder y los conflictos de intereses. 8ª.- Evitar la concentración de autoridad y funciones en pocos empleados, que los induzca a creer, erróneamente, que no son servidores sino "dueños" de la función pública para manejarla a su antojo, y no teniendo a la vista el interés general. En esa asignación de funciones se debe respetar el principio constitucional de coordinación de la función pública.
William Giraldo Giraldo
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