Equipo parado
Señor director:
Soy hincha y abonado este año del glorioso Once Caldas, pero no he vuelto al estadio. La razón es que me genera demasiado estrés ver el equipo del alma, como se dice, virtualmente parado.
Dicen los comentaristas que el equipo se para bien y en eso estoy de acuerdo, pues escasamente caminan la cancha. En este último partido con Nacional presionaba mucho más el visitante cuando ya ganaba con la mínima diferencia, y eso en la altura de Manizales que les exige más.
Obliga entonces preguntarse qué es lo que pasa con el Once Caldas. Yo no creo que el problema sea de nómina pues si uno analiza a Nacional, que es el mejor exponente del país de los últimos años, al menos en este partido no se vio nada sobresaliente, es más, algunos jugadores fueron hace poco del Once Caldas. El problema creo que es más de actitud, lentitud y desidia -exceptuando a Elkin Soto- ya que nuestros jugadores no corren, no presionan; o de incoherencia entre el pensar y el hacer, porque el equipo juega pero sin la pelota y quiere hacer goles sin tirar al arco.
Cabe también la posibilidad de que teman ensuciarse el uniforme blanco blanco, pero cuando juegan con el negro los resultados son los mismos; o será por aquello del buen samaritano que quiere atender bien al foráneo y lo deja ganar para que se sienta como en casa; o es que cuando estamos perdiendo se les ordena desde la dirección técnica que se detengan a observar al otro equipo, a ver si aprenden algún día, pero de ser así ya habrían cambiado de actitud y tendríamos un equipo al alza.
No quiero meterme en honduras, pero sería más grave si en este entuerto está de por medio una de las filosofadas del director, como la de asumir que perder es ganar un poco, y ahí sí, apague y vámonos para el descenso.
Atentamente,
Felipe Marulanda
Colombia, que confusión
Señor director:
Un fiscal anticorrupción preso sindicado de cambiar dinero por justicia, un presidente de la Corte tras las rejas, y cuatro magistrados en investigación
por soborno, constituyen una verdadera vergüenza y el peor escándalo de
corrupción en la historia de Colombia.
La elección de los magistrados por parte del Congreso produjo este
espantoso maridaje entre el Congreso y la justicia, una reforma es vital
para que Colombia sea un país democrático, que el ciudadano crea en sus
jueces porque cuando la justicia es inoperante se acaba el desarrollo y se
degenera la democracia.
Hay una falla en el sistema educativo del país, de dónde salieron estos
sujetos, en dónde se educaron, cómo ascendieron a las altas Cortes.
Es repugnante leer las declaraciones de algunos políticos quienes
confiesan sus crímenes para conseguir rebaja de penas por su conducta
delictiva, y leer que un senador honesto estuvo casi tres años preso por
no acceder al club de la justicia comprada.
Gustavo Guillén Díaz
Anglicismo
Los comunicadores sociales, periodistas, locutores, etc., están sepultando los verbos dirigir, encabezar, presidir y otros semejantes; ahora todo es liderar, un anglicismo.
Un profesor
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