Aeropalestina: burocracia “por las nubes”
Señor director:
Según el informe “positivo” de la señora gerente del llamado Aeropuerto Internacional del Café, en 2016 se redujeron gastos de funcionamiento de 2.000 millones a “solo” 1.200 millones en la gestión de un proyecto que, como todos sabemos, está totalmente paralizado desde hace más de 5 años debido, entre otros factores, a que el Gobierno nacional no quiere invertir en dicho macro proyecto por razones que son bien conocidas por la opinión, y que, dicho sea de paso, todavía no asigna responsabilidades por el descalabro.
Y nos preguntamos los ciudadanos de a pie: ¿cómo es que un proyecto totalmente paralizado tuvo hasta hace apenas 2 años en su nómina a 27 funcionarios, luego 17 y finalmente 12? ¿Haciendo qué? ¿Por qué las seguramente pocas gestiones que Aerocafé ha realizado no fueron asumidas por ejemplo, por funcionarios de las secretarías de Obras Públicas Departamental y Municipal o por Inficaldas o Infimanizales, socios naturales de dicho proyecto? ¿Es serio que una gerente reporte como un logro de gestión la disminución en gastos de celulares y cafetería? ¿Una cifra importante como lo son 2.000 millones (cerca de 6.000 en 3 años) no deberían ser invertidos en otras necesidades más apremiantes de la comunidad?
Que se siga haciendo gestión por Aerocafé puede ser aceptable, aunque muchos ciudadanos tengan reservas sobre su viabilidad objetiva dada la cercanía con aeropuertos internacionales como los de Pereira y Palmira, y las buenas vías de doble calzada con que contamos. Pero es necesario que sea por demás austero en gastos de funcionamiento altos e inaceptables.
De otra parte, si no se despeja el panorama en la actual Administración nacional, a menos de un año de terminarse, con un excelente ministro de Obras Públicas, muy cercano al señor presidente, se habrá perdido una oportunidad excepcional y tendremos que volar de allí.
Diego María Arias Agudelo
Evengelio que consuela
Felicitaciones al padre Rubén Darío, columnista dominical, por su ascenso y lamento mucho su ida para Bogotá, yo estuve en el hospital dos meses y fue mi consuelo los domingos cuando leía su evangelio y las palabras que nos decía, me llenó de mucho vigor, fe y ánimo para seguir adelante. Siento mucho que se va, pero lo felicito. Seguirá escribiendo o se acabará la columna?
Claudia
N. de la D.
El padre Rubén Darío ha seguido escribiendo sus columnas desde Bogotá.
Buitrago y Buitraguito
Felicitaciones para Carolina Martínez por su escrito acerca de estos músicos. A las canciones que ella menciona hay que agregarle el Aguacero, muy gracioso por lo demás.
Don Cecilio
Arresía
Esta palabra griega, que el padre Rubén Darío usó en su escrito del 10 de septiembre quiere decir valentía, intrepidez.
Observador Católico
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