Elecciones 2018
Señor director:
Después de todos los episodios de corrupción que el nuevo fiscal con su equipo de colaboradores ha destapado en todos los rincones del Gobierno, Senado, Cámara, y demás entes públicos nacionales, departamentales y municipales, la invitación especial a todos los ciudadanos para las elecciones de presidente y Congreso de la República en el año 2018 es para que hagamos respetar nuestra dignidad y no nos dejemos comprar nuestro voto por una empanada, una teja o creyendo en promesas falsas que nunca se van a llevar a cabo.
El peor flagelo que padece el país en estos momentos, aparte de los grupos paramilitares, el Eln, los grupos disidentes de las Farc y demás grupos delincuenciales quienes continúan haciendo y deshaciendo en varios de los territorios que supuestamente abandonaron las Farc, es la corrupción que está inmersa en los funcionarios públicos que administran nuestros recursos, los cuales muy hábilmente con mayores impuestos nos arrebata el gobierno todos los años a través de reformas tributarias que golpean el bolsillo de todos, enriqueciendo ilegítimamente a quienes elegimos en dichos cargos para que representen los intereses del pueblo, y no que terminen beneficiándose cada vez más perpetuándose en el poder.
Juan Gossaín hace poco recomendó que masivamente votemos en blanco por presidente, Senado y Cámara de Representantes para que al ganar dicho voto nos veamos obligados a repetir las elecciones, y todos esos bandidos queden por fuera de las listas electorales. Yo me acerco a su posición en Senado y Cámara, pero para la Presidencia invito a todos los colombianos para que sin excepción respaldemos los resultados de 4,5 millones de personas que votamos por “Vence al corrupto” y estudiemos, evaluemos y votemos por el candidato o candidatos que posean los pantalones para judicializar a quienes se lo merezcan, que no tengan que hacer favores políticos, que tenga un pasado absolutamente limpio, que posean sangre nueva, que nos devuelvan el optimismo, que acaben con este bipartidismo político que al final es lo mismo: “Robar, robar y robar”.
Si aprovechamos esta oportunidad vamos a salir del atolladero en que estamos. Cada vez hay menos recursos para invertir, los ladrones se acogen a sentencias menores si cantan las fechorías que han hecho y con quienes las han hecho. Se vuelve tan rentable el negocio de apropiarse de los recursos públicos que no importa pagar casa por cárcel unos años, ya que los dineros les permitirán vivir como lo ambicionan el resto de sus vidas. Las desapariciones de los líderes comunitarios y contradictores políticos, los despojos, los desplazamientos forzados, el comercio de engaños, propinas, mermeladas, falsos testigos y la debilidad institucional nos han empobrecido y agrandado la brecha entre ricos y pobres.
¿Qué paz queremos en un país que todos los días a través de los medios de comunicación no genera más que desesperanza, angustia y temor de continuar trabajando y viviendo en él?; hagamos valer nuestros derechos, no nos dejemos confundir por los contradictores que sienten temor cuando un candidato sólido les está pisando los talones, es el momento de mostrarle al mundo entero que somos capaces de construir un país próspero y justo en donde quepamos todos.
Juan Fernando Correa L.
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