La vida o la plata
Señor director:
Manizales bien llamada la “Ciudad del Afecto” sufre en menor medida, el problema de movilidad del transporte público en relación con la capital del país, o de ciudades, como Medellín, en donde la situación está desbordando la capacidad de respuesta, por parte de las autoridades locales.
Consecuente con esta situación, aparece el reconocido concejal de esa ciudad, Santiago Jaramillo Botero, vestido de muerte, frente a una valla publicitaria que reza así: “Queremos tu vida no tu plata.” Y que a juicio del edil, envía un mensaje muy positivo, para frenar los excesos al conducir, pero que debido al aumento de cobros en las fotomultas y a la ubicación de ciertas cámaras de detección, el resultado da a entender, que el mensaje, se está leyendo al revés y que en lugar de cuidar la vida, se está cuidando el negocio del pago fotomultero.
Agrega, que el exceso de señales de tráfico terrestre, hacen que tanto peatones como conductores, circulen de manera automática y que desapareciendo todo tipo de señales, el conductor, es obligado a responsabilizarse de su propia vida y la de los demás. Y a la manera criolla, lanza una pregunta reflexiva, para sustentar dicha tesis: Por qué cuando los semáforos no funcionan, tanto conductores como transeúntes disminuyen la velocidad y miran a ambos lados antes de cruzar una avenida?
Surge entonces la propuesta del Modelo de Espacio Compartido propuesto por el fallecido ingeniero holandés Hans Monderman cuya filosofía consiste, en eliminar todo tipo de señalética para que el peatón pase a ser dueño del espacio público y logre “convivir” con el conductor, el ciclista y el automóvil circulando a la defensiva y sin aceleres, ni trancones.
Qué tal si se hace una prueba piloto en una avenida o ciudad intermedia como ya se está dando en otros países, eliminando todas las señales de tránsito. Sin semáforos, ni señalización y sin un centavo a pagar y le damos al ciudadano la potestad de manejar su propia vida.
Las ciudades en el mundo que ya han experimentado esta iniciativa promovida y aceptada por la unión Europea, manifiestan que los resultados han sido extraordinarios porque se han reducido los accidentes viales, la comunicación entre los transeúntes se ha incrementado y el número de automóviles se redujo.
Me uno a la campaña civilista del Concejal que vestido de muerte nos hace reflexionar sobre la vida misma y sobre la importancia de tomar todas las medidas necesarias para gozar de un día más de vida en una ciudad hecha para ciudadanos del siglo XXI.
Consuelo Botero
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