Movilidad y medio ambiente
Señor director:
Hay tres situaciones relacionadas con la calidad de vida en nuestra ciudad que constituyen preocupación colectiva y, por supuesto, del periódico que usted dirige: el medio ambiente, los niveles de ruido y la movilidad. A las tres se les presta atención, pero no de igual manera, puesto que la última, por lo menos en los últimos días, ha merecido mayor atención a raíz de los informes de Findeter sobre la movilidad en esta capital, y de Manizales Como Vamos. Entrando en esa onda, del editorial del 21 de agosto sobre la movilidad, que leí varias veces para poderlo entender, y que me dejó un sabor agridulce, me voy a ocupar para decir que entendí que su propuesta para atacar los problemas de movilidad que afronta Manizales es la de hacer obras estratégicas, con el concurso financiero de la Nación, y que no haya ninguna restricción que afecte el transporte en vehículos particulares. Sobre lo primero, le digo que contar en este instante, de significativos y evidentes recortes en el presupuesto nacional, con apoyo del poder central para satisfacer particulares necesidades regionales, lo considero una utopía.
Y proponer que no haya ese tipo de restricciones es dar primacía a los intereses particulares sobre los generales. Yo prefiero abordar estos temas partiendo del civismo de los manizaleños y de su indiscutible amor por la ciudad, que nos conduzcan, inclusive a aceptar autorregulaciones. Decir que los vehículos contaminan por ruido y por la emisión de gases, y que eso afecta nuestra calidad de vida, es como descubrir que el agua moja. Y como se trata de defender esa calidad de vida, propósito colectivo, entre todos podemos ayudar. Privilegiemos, mientras sea posible, como medio de movilización, el caminar. El ejercicio físico es la mejor medicina preventiva. También estimulemos el uso de la bicicleta. En este campo las universidades podrían jugar un importante papel construyendo parqueaderos para bicicletas y suministrándoselas a los estudiantes al momento de matricularse, para que las paguen en módicas cuotas, mientras cursan sus estudios. Por su parte, las autoridades podrían definir o construir ciclorrutas mediante intervenciones en el espacio público, que no serían muy costosas. De otro lado las empresas prestarían su concurso mejorando el transporte público, empezando por controlar las emisiones de gases de los vehículos que utilizan, y entendiendo que los pasajeros son su razón de ser. Finalmente los dueños de los vehículos particulares también podemos ayudar mucho, primero utilizándolos para lo estrictamente necesario, y segundo aceptando, de buena gana, que haya restricciones en una ciudad intermedia, con distancias no muy largas, como por ejemplo el pico y placa permanente. Como respuesta a esta limitación, comprar un segundo vehículo podría ser, ni más ni menos, una actitud egoísta, ligada a la inaceptable prevalencia de los intereses particulares. El señor alcalde ha puesto el dedo en la llaga invocando la necesidad de acudir a campañas de cultura ciudadana. Yo le propongo que las refuerce con labores de mediciones sobre los niveles de ruido y de la presencia en el aire de material particulado.
Atentamente,
William Giraldo Giraldo
La 26, símbolo bogotano
Señor director:
Con motivo de la visita del Papa Francisco a Colombia, que se inició el anterior miércoles, nuevamente la Calle 26 se lució plenamente como el más significativo símbolo de Bogotá.
A lo largo de la Avenida Eldorado el Sumo Pontifice pudo observar la calidad arquitectónica de este importante sector bogotano en cuyas calles se reunieron los miles de fervorosos simpatizantes.
Es que la Avenida Eldorado une a la ciudad desde el oriente al occidente y viceversa.
Al iniciar el recorrido por la calle 26, desde el aeropuerto internacional Eldorado, se divisan perfectamente los cerros orientales y las iglesias de Guadalupe y Monserrate; por toda la Avenida Eldorado está el servicio de transporte masivo de Transmilenio.
A lo largo de la vía símbolo bogotana hay miles de conjuntos residenciales, centros comerciales, importantes empresas, lujosos hoteles, el aeropuerto internacional Eldorado, el Centro Administrativo Nacional, CAN; también, entre otras entidades, encontramos la Gobernación de Cundinamarca, la Universidad Nacional de Colombia y las sedes principales de la Embajada de los Estados Unidos de América y del periódico "El Tiempo".
Jorge Enrique Giraldo Acevedo
Iquira, Huila
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