Hay que parar los discursos de odio
Señor director:
Vivimos tiempos repelentes, donde nadie escucha al corazón y el corazón es nuestra gnosis. Un verdadero tesoro que aniquilamos. Los efectos de esta frialdad son bien palpables. El mundo se mundializa, pero no se armoniza. La interdependencia de los caminantes se extiende a todos los campos, pero cada día queremos levantar nuevos muros. En lugar de auxiliarnos, nos endiosamos, y los frutos ya están ahí. Lo acaba de advertir un grupo de expertos en derechos humanos de la ONU, tras las manifestaciones de extrema derecha y la violencia registrada en Charlottesville, Virginia: “El racismo y la xenofobia están en aumento en Estados Unidos”. Sin duda, hay que controlar los actos y parar los discursos de odio, donde quiera que se produzcan. A mi juicio, urge en casi la totalidad del planeta, abordar el problema de las manifestaciones de incitación a la violencia racial, con otras políticas más de hermanamiento y consenso. Bajo este marco de intolerancia, lo primordial es cambiar el ánimo humano, retornarlo a lo poético, purificarlo de esos aires de dominio corrupto. De ahí, la importancia de ese factor espiritual, de esas constantes llamadas a la conversión personal de muchas creencias.
Ojalá, a pesar de los muchos tormentos, seamos capaces de promover esa cultura de diálogo, que impulsa lo equitativo y sostiene la libertad. Es hora, en consecuencia, de llamar al sosiego y de reafirmar y hacer cumplir los valores centrales de la Carta de las Naciones Unidas, que son los valores esenciales de nuestra civilización común, a pesar de esta nebulosa de conflictos que estamos atravesando.
Por tanto, pienso, que la educación en los derechos humanos debe ser una dimensión fundamental en todos los programas educativos del mundo. Siempre hay que volver a las raíces del alma, para que surja el amor más níveo, y se empequeñezca el odio. Tenemos que huir de este mundo, dominado casi siempre por los poderosos, que aprovecha cualquier ocasión para perjudicar a los demás, pues suelen confiarlo todo a la fuerza y a la violencia.
Víctor Corcoba Herrero
Sana sugerencia
Me gusta mucho la Revista Cereza, pero se ha vuelto muy repetitivo con el tema de novias y bodas, lo mismo que lo de los restaurantes. Esta última salió muy buena. Este mes de los abuelos deberían haber sacado algo al respecto y así en fechas especiales. Sugiero esto sanamente.
Un lector
N. de la D.
Gracias por la sugerencia, la tendremos en cuenta.
Sin devueltas
Me parece muy buena la idea de cobrar las bolsas plásticas en los supermercados, pero lo que está pasando no. Un producto vale $10.000 dice que se la empaquen en la bolsa son $10.020, el supermercado no tiene para devolver $30 y entonces la bolsa le sale valiendo $50. Quién se queda con el resto de la cuenta?, lógicamente los supermercados.
Suscriptora
Mucha violencia
Qué bueno sería que su caricaturista Ricky le bajara el tono a la violencia de sus caricaturas, porque estamos cansados de eso y es el tema del 90% de sus dibujos. Desaparecieron las Farc y dijimos ya no va a tener tema de dónde coger, pero coge hasta una mosca que matan. Que cambie su mala manera de hacer caricaturas por favor.
Jorge
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