El otro
Señor director:
También partió el inolvidable Hugh Hefner quien envuelto en su bata de seda, y gozando de la vida, logró crear un emporio económico, a partir de un préstamo de 8.000 dólares, espléndidamente aprovechados. Su éxito como empresario se debe a que supo articular la imagen de hombre seductor y de negocios para crear su propia marca y posteriormente convertirse en ella. Supo seducir, a través de ese goce narcisista, de mirar y ser mirado, reconocido y envidiado, rompiendo los esquemas más tradicionales de la sociedad conservadora de los años 50, en donde el sexo era un tema tabú, y en donde las leyes prohibían un gran número de prácticas sexuales, consideradas hoy normales, lo que obligó a Hefner, a manifestar, que si los jueces de aquella época tuvieran conocimientos de las prácticas sexuales privadas, el 90% de la población estaría tras las rejas. La carta enviada a Playboy por un condenado a 12 años en prisión intramural, por ser agarrado infraganti practicando un acto de felación, que para la época calificaba como un delito de sodomía, da muestra de ello.
Más allá de la diatriba femenina en contra de la cosificación de la mujer, creó una plataforma ideológica para expresar libremente las ideas revolucionarias en contra de la guerra de Vietnam, de la segregación racial y de la libertad sexual.
Su faceta humanitaria y política se ve reflejada en la lucha por la libertad de expresión, invitando a los cantantes más famosos de jazz a sus fiestas privadas y al permitir que los negros hablaran, cuando solo se les permitía cantar y vivieran el verano del amor, como los demás, dentro de una sociedad incluyente y más libre.
En la política pudo ver su sueño realizado con la llegada de Obama al poder y con la lucha en contra de la guerra de Vietnam y de la ayuda proporcionada por el mismo para acoger a los niños huérfanos de la guerra de Vietnam, recibidos en los brazos de las mamás conejitas en su jet privado.
Creó su primer Club de llaves “Playboy” y vendió sus primeras dos franquicias sin mucho éxito, debido a que posteriormente las tuvo que volver a comprar, por la segregación racial de la época, que prohibía la entrada de negros a sus clubes privados
Su marca lo hizo famoso en el mundo entero, pero según testimonio de sus más cercanos colaboradores, Hefner poseía una faceta humanitaria y política por la cual será recordado como el hombre activista y rebelde que logró una transformación social de largo alcance, en su lucha por la libertad, los derechos civiles y la no violencia.
Su último deseo fue el de ser enterrado al lado de Marilyn Monroe, en el cementerio de Westwood Village Memorial de Los Ángeles, California. Aseguró a un medio alemán creer en cosas simbólicas y que pasar a la eternidad al lado de su rubia a la que nunca conoció más que en fotos, y que nació en el mismo año que él era demasiado dulce como para ignorarlo.
Fue el pionero de muchas libertades de las que gozamos hoy en día. Paz a sus restos.
Consuelo Botero
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