Reflexiones Para un Domingo de Elecciones

Por Lucas Marin Aponte. 

Desde que un estado sea gobernado por hombres no es perfecto, y si tenemos en cuenta la juventud del estado colombiano dejaríamos de criticar excesivamente, para aprovechar estas dinámicas sociales. Que en muchos ámbitos, en especial en el político, no dista mucho de las realidades que plasmaron en sus obras literarias; los exponentes pertenecientes al movimiento literario, denominado “criollismo”. Dado en América Latina entre el siglo XIX y mediados del XX.

En esta dirección deberíamos enfocarnos como líderes en potenciar nuestros valores, y alentar a las nuevas generaciones a despertar consciencia histórica y social ya que son nuestros predecesores.

Perspectivas electorales

Es común escuchar a muchos ciudadanos a diario, que se quejan de que la política en Colombia es sucia, que da grima el congreso, y la corrupción nos tiene fregados, para que votar, entre otras reacciones repulsivas que son comprensibles debido al mal desempeño de muchos de nuestros líderes.

 Un factor que nos desarmoniza son los medios de comunicación que día tras día a sabiendas que existen mejores temáticas, así como perspectivas diferentes, nos bombardean con contenidos adalidcentristas y violentos que hiperbolizados hacen que el ánimo de los colectivos disminuya y caiga en la apatía. Si bien son noticias que representan buena parte de la realidad social y nacional, con todas sus problemáticas se exponen a manera de reality y ni que decir de la información que circula por las redes sociales, que es devorada por las masas sin filtro alguno.

Parece que una nueva estrategia de hacer campaña en el país, es a través de la competencia  desleal e injuriosa y eso es evidente en muchos candidatos que lo hacen en público reduciendo a sus adversarios, para ganar adeptos. Situación que desmotiva y da mal ejemplo a la juventud.  

En esta dirección los ciudadanos que siguen ejerciendo el derecho al voto y creen en la victoria de la democracia, esperamos que se acerquen a las urnas este 27 de octubre, conscientes de que es preciso hacer énfasis en contenidos más constructivos, que superen el adalidcentrismo y le muestren al mundo una sociedad dinámica, una Colombia que ha sabido superar las crisis, que debe avanzar en el proceso de paz convirtiendo las dificultades en oportunidades.

Conclusión

Evitemos idealizar los candidatos y menos si somos testigos de la actual crisis de las instituciones que ha desdibujado la imagen de la política esencial.  Pero sin perder la capacidad de resaltar lo positivo así como tenemos la agudeza de criticar los vicios políticos o las fallas de personas que ni conocemos. Porque así como hay corruptos, existen personas que se preocupan por mejorarse cada día, incentivar el liderazgo en la juventud, persistir en el modelamiento del carácter de la sociedad y además promover en sus territorios el desarrollo y optar por brindar herramientas que mejoren la calidad de vida de sus habitantes.

Aunque en cada temporada electoral observamos el aumento del abstencionismo, un sector importante que retarda el desarrollo y se rebasa en la crítica, sin brindar aportes significativos. De igual forma  existen sufragantes que a veces no analizan las propuestas que exponen los diferentes candidatos, van solo por el recibo; olvidando que hoy tenemos partidos de todos los colores; ideologías nuevas, personas capaces, talentosas, emprendedores con nuevas alternativas en las formas de hacer política. Ideas frescas enfocadas en la educación, en la preservación, desarrollo y aprovechamiento de nuestros ecosistemas para las generaciones venideras.

Reconociendo que ningún candidato que se postule a la Gobernación, Alcaldía, Asamblea, Concejo o Juntas de acción local, por más brillantes que sean sus propuestas podrá hacer frente a todas las problemáticas sociales de golpe, pero si puede dejar buenas semillas. Sabemos que la política está llena de sorpresas y contradicciones. Pero al momento de elegir apoye las personas pensantes, prudentes, respetuosas de nuestra diversidad étnica y cultural, en un auténtico ejercicio democrático y constitucional.