NEGOCIOS | LA PATRIA
El Volcán Nevado del Ruiz se ha convertido en el azote de varios sectores productivos de la ciudad y del departamento.
Desde el pasado 29 de mayo, la ceniza en su caprichoso recorrido, empujada por el viento, ha afectado el funcionamiento de varias actividades económicas, desde la ventas de alimentos al borde de las carreteras, hasta la llegada de miles de visitantes y turistas que vienen a la ciudad a gastar su dinero o a cerrar negocios.
En el primero de los casos se encuentra Jazmín Alzate Cardona, administradora de un establecimiento de comidas llamado El Caspete, ubicado en el sector de Las Margaritas, sobre la vía que conduce de Manizales a la entrada del Parque de Los Nevados.
Aunque este negocio existe hace muchos años, ella lo maneja desde hace unos cinco meses. “Los primeros días subían muchos turistas los sábados y domingos para visitar el Nevado, pero desde hace dos meses comenzó a bajar la clientela con el cierre del Parque y ahora mucho más con la emisión de ceniza. Hay días en que no se ve ni una persona por el sector”, comenta Jazmín.
Aunque de este negocio se alimentan ella, su esposo Jairo Patiño y tres hijos, el día que mejor le ha ido durante esta temporada ganó $30 mil. “Al lado hay otro comedero tradicional y ese lo han cerrado por días, porque si no da para un negocio mucho menos para dos”, expresó la comerciante, quien agregó que la ceniza ya afectó a sus hijos que presentan vómito y diarrea.
Desocupación
A varios kilómetros del negocio de Jazmín, y en pleno centro de Manizales, se encuentra el tradicional Hotel Escorial.
Pilar González es su gerente desde septiembre pasado y le ha tocado capotear las crisis por la falta de agua, el desabastecimiento del gas, la tragedia en el barrio Cervantes, y ahora fue el turno de la ceniza, que al provocar el cierre del aeropuerto La Nubia, ha afectado en un 90% la ocupación del hotel.
“Teníamos unos grupos de deportistas que iban a venir, pero las mamás nos dijeron que cómo los iban a exponer al Nevado. Vienen los clientes corporativos que tienen que venir obligatoriamente, y el resto nos preguntan que si el Ruiz explota acaba con Manizales. Les explicamos que eso no va a pasar pero hay una desinformación total”, afirmó.
Similar panorama describió Carlos Uriel Zapata Aguirre, gerente de operaciones del Hotel Carretero, quien comentó que desde las dificultades del año pasado el mercado no se ha recuperado.
“En el turismo corporativo veníamos bien y el cierre del Parque Los Nevados nos afectó poco. Sin embargo, con la suspensión de operaciones del aeropuerto disminuyó de un 80 a 90% la ocupación del hotel hasta el 1 de junio. Del 3 de junio en adelante ha mejorado porque la gente está viajando por Pereira”, indicó.
Olga Clemencia Idárraga, directora de Cotelco Caldas, mencionó que la desocupación promedio en estos días ha sido de hasta el 50% en los hoteles afiliados a este gremio y que todos se han visto perjudicados en diferente medida.
“Con el cierre del Parque se cancelaron excursiones de grupos grandes al Nevado, a pesar de que se les venden otras alternativas como recorridos cafeteros. Ha mejorado un poco la llegada de ejecutivos a la ciudad porque se les ofrece la alternativa de un aeropuerto a una hora de recorrido y con una buena vía”, anotó.
Despidos
En los hoteles también se han cancelado o aplazado muchos eventos en sus salones. Todas estas situaciones han obligado a algunos establecimientos como el Hotel Escorial a despedir a cuatro empleados, mientras que otros han enviado trabajadores a vacaciones.
“Necesitamos soluciones pronto porque hay buenas expectativas para el segundo semestre ya que hay varios congresos en la ciudad y también se van a realizar los IX Juegos Nacionales del sector eléctrico del 1 al 6 de agosto, que creo que van a llenar los hoteles de Manizales”, comentó Zapata Aguirre.
Por el momento la dirección local de Cotelco enfoca sus esfuerzos en que el resto del país entienda que la ciudad sigue con su funcionamiento normal y que aunque el Nevado sigue activo, se tienen todas las precauciones del caso.
Cierre indefinido
El aeropuerto La Nubia completa hoy 22 días cerrado debido a la ceniza que se encuentra en la atmósfera y que no permite la operación de aeronaves, lo que se traduce en unas pérdidas cercanas a los $220 millones por la tasa aeroportuaria que paga cada pasajero y el derecho de aterrizaje de los aviones.
La semana pasada se decidió que la evaluación de si el aeropuerto opera o no, se seguirá haciendo cada cinco días y no cada 24 horas como antes, por lo que hoy a las 6:00 p.m se determinará junto con la Aerocivil si la terminal se cierra hasta el 24 de junio.
Ante la falta de estos recursos, Reinerio Cuartas Rodríguez, administrador del aeropuerto, dijo que desde los primeros días del cierre llamó a Inficaldas para preguntar si La Nubia tenía una póliza que cubriera lucro cesante y daño emergente, pues cuentan con un personal de unos 80 empleados. “Me dijeron que no existe porque esto no lo preveía nadie, entonces hay que esperar a que vuelva a operar el aeropuerto para conseguir la póliza”.
Por otra parte, los dueños de los negocios en el aeropuerto ya están cansados de mojar prensa y no quieren hablar de la situación porque no tienen nada nuevo que decir. Más bien aprovechan su tiempo libre en otras cosas e incluso el pasado viernes un vendedor de comestibles leía un libro de cálculo, mientras esperaba la transmisión de un partido de fútbol de la Eurocopa.
“Citamos a una reunión con todos los propietarios de locales comerciales, de los hangares y a los arrendatarios de las aerolíneas comerciales para ver qué se hace con los contratos porque esto es un hecho de fuerza mayor, y hay que tomar una decisión y no esperar a que la gente se quiebre”, indicó Cuartas Rodríguez.
Se acaban los ahorros
Ese mismo día, afuera se veía a un grupo de tres taxistas jugando cartas sobre un tapete de uno de los vehículos, mientras otros tres los rodeaban y bromeaban, una imagen que normalmente no se ve porque cuando el aeropuerto funciona con normalidad, la fila de amarillos llega casi hasta la entrada de la terminal.
Orlando Duque, taxista desde 1988, es uno de los que mira a sus compañeros porque “cuando no hay plata, toca que jueguen ellos”, dijo acompañado de una sonrisa.
Aseguró que ante la situación actual hay que tener paciencia y no perder la esperanza de que resulte trabajo. “Hay veces que salen carreras y si no pues hay que ir a rebuscarse en el Centro. Hay personas que vienen a despedirse de sus familiares y luego se devuelven en taxi, y también otros que no les gusta irse en bus hasta Pereira y uno los lleva donde le digan”, indicó.
Los maleteros por su parte estaban sentados en el andén, viendo el avance de las obras de reposición del techo del aeropuerto y esperando ganarse algunos pesos, aunque afortunadamente han contado con un colchón de dinero. “Ellos ahorran todos los días $3 mil y en diciembre se les entrega esa plata como una prima. Ante la situación, la semana antepasada retiraron la mitad de este ahorro, y así sucesivamente durante estos días”, reveló el administrador del aeropuerto.
Sin embargo, a varios ya se les acabaron estas reservas y la ceniza sigue haciendo de las suyas, impidiendo que los aviones aterricen en La Nubia, y evitando que la actividad de varios sectores de la ciudad despegue nuevamente.
Flores y ganado, también con afectación
*Víctor Manuel Jaramillo, ganadero de Palestina (Caldas)
“La caída de ceniza nos ha golpeado duro sobre todo para los pastos y por ende la producción de leche ha caído en un 30% en la zona de la ribera del río Campoalegre, porque me parece que acá cayó más ceniza que en Manizales.
En 1985 también hubo problemas, pero nos llovió más pronto, en cambio ahora se demoró mucho en caer agua y entonces la ceniza tuvo más tiempo para pegarse en los pastos y plantas. Los animales tiene problemas en la boca y no les agrada el pasto porque está mugroso y tiene un sabor diferente”.
*Mónica Zapata, funcionaria de C.I. El Rosario
“En cierto momento nos afectó la emisión de ceniza porque las flores no están en invernadero y se quemaron, y así le llegaron a los clientes, lo que nos causó varios reclamos por cuestión de la calidad, entonces tuvimos que hacer descuentos que ya se convirtieron en pérdidas, aunque hasta el momento no hemos determinado una cifra exacta.
Seguimos esperando a que llueva más para que se quite la ceniza del todo de las heliconias y por ahora sigue la operación normal”.
Normalidad en las empresas
Irene Mejía Gómez, gerente seccional de la Andi, reportó que los empresarios no le han informado de afectaciones en la producción de las industrias por la emisión de ceniza.
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