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El efecto de cambio climático en el planeta pone el reto a las empresas de aportar en el replanteamiento de la economía para tener proyectos que mitiguen ese impacto. Una solución que empieza a tomar fuerza en Colombia son las finanzas verdes. Para tratar el tema, la semana pasada se reunieron en Cartagena presidentes y gerentes de entidades financieras, en un congreso convocado por Asomicrofinanzas. María Clara Hoyos, presidente ejecutiva de la asociación, y Luis Fernando Mejía, integrante del Comité de Responsabilidad Social de Icontec, explican de qué se trata.
1. Qué son las finanzas verdes
La economía verde son las actividades productivas sostenibles que busquen contrarrestar la huella de carbono que dejamos todos y que por ser productivas generan ingresos y dan empleo, pero con respeto por el medio ambiente.
En una Economía Verde, el aumento de los ingresos y la creación de empleos deben derivarse de inversiones públicas y privadas destinadas a:
* Reducir las emisiones de carbono y la contaminación.
* Promover la eficiencia energética así como la eficiencia en el uso de los recursos.
* Evitar la pérdida de diversidad biológica y de servicios de los ecosistemas.
* Promover la producción y el consumo sustentable.
2. El papel de las entidades financieras
Como poner en marcha cualquier actividad “verde” requiere del acceso a recursos económicos, las entidades del sector financiero tienen gran responsabilidad: facilitar el recurso económico a los productores rurales, a la industria, a quienes comercializan y en general a la economía que esté interesada en ser responsable con el planeta y en cuidar la biodiversidad.
3. La posición de Colombia
* El país corresponde al 1 % de la Tierra, pero tiene el 10 % de la biodiversidad del planeta. Esto hace que haya un papel protagónico en cuanto a mitigación del efecto climático.
* Para que las empresas lleven a cabo sus planes verdes se ofrecen créditos a través de Bancóldex que se canalizan por las entidades financieras para que los micros, pequeños y medianos empresarios aporten al mejoramiento del impacto ambiental.
* Se debe resaltar que hay muchos municipios y veredas que no tienen energía eléctrica, por lo que hay proyectos orientados a que las pequeñas asociaciones o micros y pequeños empresarios reciban recursos para energía sostenible, que no causa deterioro a la naturaleza.
* Es una oportunidad para que las regiones tengan recursos y asistencia técnica.
4. Beneficios para las grandes empresas
* En este caso, según María Clara Hoyos, las organizaciones tienen beneficios más tangibles porque pueden modernizar sus empresas a través de créditos subsidiados y no reembolsables, destinados a generación de energía o de planes amigables con el medio ambiente.
* El objetivo es una conversión de la generación de desechos que impactan el medio ambiente, apoyados por todas esas instituciones que permitan.
5. ¿Cómo aportar desde los mismos empleados?
Algunas entidades ofrecen asesoría en economía verde. Consiste en dar asistencia técnica a los más pequeños para que puedan tener bombillos ahorradores, por ejemplo, o para optimizar el uso de maquinaria.
6. ¿Cómo está el país?
* Colombia adquirió compromisos hace unos años. En el caso de Caldas, Actuar Famiempresas está entre los asociados de Asomicrofinanzas que están muy interesados en ver cómo aportar a sus clientes.
* Lo primero es sensibilizar sobre la importancia de la producción sostenible y amigable con el ambiente.
* Luego es aterrizar los proyectos en las regiones, dependiendo de las características de cada una.
* En Colombia todavía está todo por hacer en materia de finanzas verdes. Se tiene el Plan Nacional de Desarrollo donde el tema de biodiversidad, pero falta ponerlo en marcha con los proyectos de ordenamiento territorial locales. Esto es una obligación nacional e internacional, porque Colombia ha suscrito compromisos que no está cumpliendo y es urgente que ponga en marcha, según expertos que participaron en el congreso en Cartagena.
Los bonos verdes de Procuenca
Una iniciativa en Caldas relacionada con las finanzas verdes son los bonos de carbono que venderá el Proyecto Forestal para la Cuenca del Río Chinchiná, Procuenca.
Los bonos son un mecanismo internacional de descontaminación para reducir las emisiones contaminantes al medio ambiente, que se propone en el Protocolo de Kioto para la reducción de emisiones causantes del calentamiento global o efecto invernadero.
El sistema ofrece incentivos económicos para que empresas contribuyan a la mejora del sistema operativo decalidad ambiental y se consiga regular la emisión generada por sus procesos productivos. Un bono de carbono representa el derecho a emitir una tonelada de dióxido de carbono.
Según la gerente de Infimanizales, Luz Stella Cardona, Procuenca, que empezó en el 2000 y tiene labores para 20 años, sigue su curso. En cuanto a la venta de bonos de carbono explicó que hay dos líneas: mercado regulado y no regulado. "En el mercado no regulado el año pasado vendimos certificados de captura de carbono a algunas empresas, mientras que en el mercado regulado pretendíamos desarrollar un proyecto con el Banco Mundial, pero no resultó, por lo que estamos a la espera de sacar al mercado los bonos para venderlos a otras empresas", agregó Cardona.
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