Noticias de Manizales y Caldas,
Abril 24 2024
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Adriana Osorio
NEGOCIOS|LA PATRIA
La ausencia de preparación para el cambio generacional y la confusión en las decisiones familiares son las principales dificultades que enfrentan las empresas familiares en el país, según la Guía Colombiana de Gobierno Corporativo para Sociedades Cerradas y de Familia.
En Colombia las 10 mil 167 empresas familiares que existen, según la Superintendencia de Sociedades, generan 710 mil 400 empleos directos y $108 billones en ingresos el año pasado, que representaron el 65% de los $165,3 billones del presupuesto general de la nación para la vigencia fiscal del 2013. Por esto, la Superintendencia de Sociedades destaca la importancia de estas empresas en la economía nacional y la relevancia de que estas organizaciones perduren.
La Guía Colombiana dice que la legislación no define de manera clara el concepto de sociedad de familia. Sin embargo, se determinó que son aquellas organizaciones en las cuales más del 50% del capital pertenece a una misma familia. "En las sociedades de familia interactúan tres sistemas que son: la familia, la propiedad y la administración de la empresa; sin embargo, en muchas ocasiones las relaciones entre estos sistemas no son claras, lo cual deteriora el entorno familiar y la buena marcha de la empresa".
Según Norman Velásquez Álvarez, experto en empresas familiares y quien ofreció una conferencia en Manizales, durante la Asamblea de Fenalco, estas organizaciones enfrentan conflictos por el manejo de las relaciones personales y laborales. Por esto, el profesional explica la importancia del gobierno corporativo, que es una serie de reglas que se consolidan en políticas de la organización, con el ánimo de establecer cuáles van a ser los límites, los canales de comunicación y los escenarios en los que se van a tocar ciertos temas.
Velásquez Álvarez recomienda que las empresas familiares apliquen lo que él llama el decálogo del éxito.
Tener claro que los problemas familiares se resuelven en la casa y los laborales en la empresa. Aprender a delimitar claramente de qué se habla en la casa y de qué en la empresa, con el fin de no deteriorar las relaciones, pues esto también repercute en el interés de las próximas generaciones, que serán las encargadas de la organización.
No dar tratos preferentes de manera excesiva a los integrantes de la familia que trabajan en la empresa, como permisos recurrentes, excesivo cariño, sueldos mucho más altos, pues los demás empleados se sentirán desmotivados y perjudica la equidad y la productividad de la organización.
Conocer las capacidades y competencias como gerente, saber quién está en la dirección de la sociedad. Muchas empresas se quedan cortas porque tienen de gerente al papá, que siempre ha llevado el control, pero no siempre tiene las competencias financieras, comerciales, jurídicas. Es importante saber cuándo dar un paso al costado.
El principio es: preacuerdos familiares llevan a sólidos acuerdos empresariales. Así como en cualquier organización se convocan a todos los grupos de interés y se les pide resolver un problema entre todos, en el caso de empresas familiares hay asuntos que primero se deben tocar en la casa. Esto facilita que en el momento de una asamblea o junta, los integrantes estén enterados de las propuestas o cambios que buscan hacer.
Muchas organizaciones se quiebran porque no saben separar los dineros de la familia y de la empresa. De la sociedad no puede salir el dinero para las vacaciones, para remodelar o para comprar propiedades familiares. Esto debe quedar claro en las actas y compromisos que se hagan desde el inicio de la empresa.
Saber qué es lo más conveniente para la organización, si optar por una sociedad anónima, limitada, SAS, fundación. Se recomienda asesorarse bien, pues cada figura funciona diferente y tiene distintas implicaciones al terminar la sociedad y al dividir bienes.
Es importante tener claro cómo gestionar los procesos. Los expertos recomiendan que las familias con empresas tengan una estructura de gobierno corporativo para la empresa y otra de gobierno familiar, con el fin de tener claro quiénes opinan, quiénes votan en la toma de decisiones, y los derechos de los cónyuges, entre otras aclaraciones.
Buen gobierno familiar es igual a buen gobierno corporativo. Es necesario determinar los comportamientos aceptados por la organización, como horarios de trabajo, normas de comportamiento, licencias, vacaciones y días de descanso.
El hecho de que se trate de la familia no quiere decir que los integrantes deben estar en los puestos de trabajo así no tengas las competencias ni la responsabilidad. Es fundamental aclararlo para el éxito de la compañía.
Es importante entender que unos integrantes de la familia tienen competencias gerenciales más destacadas que otros. Si alguien no tiene las competencias en relaciones personales, no puede dirigir la gerencia de talento humano, ni comercial. Es importante conocer las capacidades de los integrantes de la familia, al igual que se hace con los demás empleados.
El referente mundial de las empresas familiares establece que solo el 30% de las empresas supera el tránsito de la primera a la segunda generación y que solamente entre el 5% y el 15% continúa hasta la tercera generación.
Es un mapa de ruta, una bitácora que le permite a la organización recordarle siempre sus valores y principios y para qué está constituida. De esta manera, en el caso de las empresas de familia, siempre recuerden que si bien hay una relación familiar que puede ser volátil y genera diferencias, es necesario tener claros los objetivos. En las casas también se construye un gobierno corporativo, el cual queda escrito en las palabras, en las costumbres, en las normas, en los refranes y dichos de la familia. En una empresa es necesario llevarlo al escrito, tener documentos y actas.
De acuerdo con las estrategias que requiriera el entorno, la empresa tomaba decisiones, y aunque muchas veces estas son buenas en lo financiero o en lo logístico, no son totalmente coherentes con los principios de la organización. El gobierno le permite a la organización mantener esa ruta de cuál es su misión, visión y los valores que los va a caracterizar mientras están caminando para lograr las metas.
No hay que esperar a ser grande para empezar a estructurarse, porque generalmente cuando ya tengo el hábito, cuando me he consolidado, es más difícil coger las riendas del negocio, ordenar a la gente en pro de unos valores y ajustarse a normas.
En el gobierno corporativo deben estar inscritos todos los integrantes de la organización, pues es la salvaguarda de la manera como se comportará una organización, de los estilos. La recomendación es ser lo más democrático y amplio posible, pues es factible que la alta dirección y los propietarios tengan muy claro qué quieren hacer con la organización y cómo quieren llegar allá, pero esto lo deben conocer todos.
Cuando convoco un grupo de personas tiene que tener en cuenta a todos los integrantes porque ellos también llegan con valores, con principios de su casa, de su barrio, de su ciudad, de su cultura. Por esto es muy importante hacer talleres que le ayuden a la gente a comprender que la dirección socializará los perfiles de como comportarnos dependiendo de las situaciones, cómo está permitido celebrar, entre otras normas.
Norman Velásquez es comunicador social - periodista de la Universidad de Antioquia. Tiene un máster en Relaciones Internacionales, es administrador, y cuenta con especializaciones en Alta Gerencia, Management y Negociación, de la Universidad de Medelín y de la Escuela Superior de Administración de Buenos Aires (Argentina). Además, realizó una especialización en resolución de conflictos. Ha sido gerente, asesor y consultor en varios proyectos empresariales en el país, y es formador de formadores en la Corporación Fenalco Solidaria, donde ha capacitado a personal de cerca de 600 empresas en responsabilidad social.
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