Javier Mauricio Jules
COLPRENSA | LA PATRIA | Pasto
En un caso que ha conmocionado a la comunidad de Pasto y a varias congregaciones de iglesias cristinas, siete mujeres habrían sido objeto de abuso sexual del pastor Álvaro Gámez Torres.
Una prueba presentada por una de las víctimas quien se atrevió a filmar en secreto las sesiones en las que el hombre la sometía a ella y a otras jóvenes a todo tipo de vejaciones, sería la herramienta con la que cuenta la Fiscalía en contra del hombre.
Aunque en un principio parecía extraño que el Pastor Álvaro Gámez se alejara del altar mientras se ofrecían alabanzas y cánticos, sus seguidores se acostumbraron a ver cómo se ausentaba por varios minutos sin sospechar nada malo.
“Él interpretaba el saxofón de una manera muy talentosa y cuando se encontraban en un punto muy alto, dejaba a la banda cantar sola y se ausentaba como si estuviera agotado, hasta su oficina”, dijo uno de los miembros de la Iglesia que pidió omitir su nombre.
En ese mismo ritual ya estaba instituido que las mujeres más jóvenes se acercaran a hablar con el pastor para recibir orientación espiritual, pues según él, “debía entregarles personalmente el testimonio y la palabra de Dios en un designio de felicidad y amor”.
“Él interpretaba la palabra a su manera y les decía que él serviría de puente para que las jóvenes pudieran alcanzar la gracia del Señor“, agregó el testigo.
Camino equivocado
Un video hecho con una cámara que fue instalada en un florero serviría como prueba para desmantelar las verdaderas intenciones y acciones que Álvaro Gámez perseguía con sus jornadas de orientación espiritual, realizadas en su oficina personal ubicada en la Iglesia Salem de la capital nariñense.
Y es que a pesar de la felicidad prometida por el entonces líder espiritual, las jóvenes que a ellas asistían se mostraban cada vez mas angustiadas, deprimidas y calladas.
“Parecía como si sintieran rechazo y miedo de ir a la iglesia, pero nosotros creíamos que ellas estaban equivocadas”, dijo una de las madres de las presuntas víctimas.
Las imágenes, que ahora se encuentran en poder de la Fiscalía, muestran como mientras afuera se cantaban alabanzas, el pastor sostenía relaciones con todas las jóvenes a las que engañaba pues supuestamente él era solo un instrumento de Dios y estas acciones correspondían a lo que las escrituras mandaban.
“La niña me dijo que decidió esconder la cámara porque sabía que nadie le iba a creer y es que todos confiábamos ciegamente en el pastor Álvaro”, agregó la compungida madre.
La fe perdida
Al encarar al pastor, aseguran los padres de las víctimas que éste negó que se tratara de él y siempre sostuvo que era un montaje. La iglesia Salem permanece cerrada pues días después de denunciar los hechos, Álvaro Gámez desapareció y según algunos de los miembros de esta congregación el hombre se encontraría en Las Vegas (Estados Unidos).
Héctor Navarro, presidente de la Red de Apoyo para las Víctimas de Sectas, dijo que actualmente acompaña a las familias y a las víctimas del presunto abuso. Señaló que ha acompañado todo el proceso en el que se incluyó exámenes de medicina legal y una serie de testimonios que completarían las pruebas de la Fiscalía para acusar al pastor por varios delitos, entre ellos, acceso carnal abusivo.
En Pasto existen alrededor de 40 iglesias cristianas, en las cuales se congregan unas 10 mil personas.
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