Cristian Camilo Aguirre
LA PATRIA | Manizales
Al lado de su esposa desde hace 13 años, Gloria Beatriz Salazar, y dos de sus tres hijos, Felipe y Juan, Alfonso Ángel Uribe no ocultó su dicha ayer en la Basílica Menor Inmaculada Concepción.
El líder cafetero recibió, de manos de Nicolás Restrepo, director de LA PATRIA, el Voceador de Prensa, galardón que lo acredita como el Caldense del Año 2016.
Felipe y Juan, sus hijos, no ocultaron su orgullo, con cada palabra del líder cafetero, los jóvenes aplaudieron y rieron entre ellos.
Gloria Beatriz también fue de las personas más felices de la noche. "Estamos muy orgullosos y muy agradecidos con LA PATRIA por este reconocimiento. Como esposo es una persona muy calmada y respetuosa. Su tranquilidad es lo que más lo caracteriza", manifestó la compañera de Ángel.
El discurso del homenajeando estuvo marcado por el café y el significado que ha tenido en su vida.
"Fe en el café es una apuesta por el cultivo, la generación de ingresos y mejores condiciones de vida, la inclusión, la equidad, el relevo generacional, oportunidades para los jóvenes del campo y finalmente, por la paz", leyó el hombre que estuvo ligado 33 años al Comité de Cafeteros de Caldas.
El Caldense del Año tuvo tiempo para resaltar sus logros al frente de la entidad cafetera, entre ellos Escuela Nueva, Universidad en el Campo y el Paisaje Cultural Cafetero.
Ángel Uribe concluyó agradeciendo al jurado y a Nicolás Restrepo por destacar su labor. "En nombre de mis hijos, Manuel, Juan y Felipe, de Gloria, de mi familia, de mis amigos de siempre, doy gracias a la vida por haber podido servir a este departamento, al que tanto le debo, recordando siempre, conservar la fe en el café".
El Comité Intergremial de Caldas fue el encargado de nominar aAlfonso Ángel Uribe.
Merecido
Juan Ángel, hijo
Estoy muy orgulloso. Es una vida llena de logros y es una persona de admirar.
Hilda María Gutiérrez, amiga
Lo tiene totalmente merecido. Ha hecho una labor muy bonita en la ciudad y en el departamento.
Diego Uribe, primo
Es una distinción muy justa y merecida.
Gabriel Cadena, rector de la Universidad Autónoma
Es un gran líder cafetero. Una persona que supo interpretar la voluntad de los cafeteros.
Ana Mercedes Uribe, prima
Sentimos toda la admiración, tanto como profesional y como persona.
Discurso de Nicolás Restrepo, director de LA PATRIA
Desde hace 4 décadas, en 1977, cada año cumplimos con el compromiso de destacar a un caldense que sea referencia y ejemplo por su contribución para el desarrollo de este Departamento. El turno esta vez es para Alfonso Ángel Uribe, un nombre que se asocia en forma natural con el del cultivo, la industria y la gente que tiene que ver con el café en este país.
El paso de Alfonso Ángel por las entidades que conforman la institucionalidad cafetera en Caldas dejó una huella que no solo tiene grandes logros para destacar, sino que al tiempo le marca el rumbo a una actividad que ha sido vital para el bienestar de la población de este departamento y motor fundamental de su desarrollo económico y social.
El café ha cumplido un papel protagónico en la historia de Colombia. Durante muchos años fue el principal y casi único producto de exportación, y por lo tanto el bastión sobre el cual se empezó a modernizar la economía del país y la fuente de la cual echaron mano múltiples gobiernos para financiar sus presupuestos.
Gracias a los dólares que llegaron por cuenta de las ventas de café se pudieron comprar en el extranjero las máquinas y la tecnología que fueron el inicio de la industrialización del país. Fueron las retenciones sobre las ventas de café al exterior, a costa de los productores del grano, las que financiaron buena parte de las inversiones y gastos que permitieron el crecimiento de Colombia.
Esa deuda histórica, que nunca se ha cuantificado, ni mucho menos saldado, ha sido la contribución de cientos de miles de cultivadores que muchas veces sienten que no se les reconoce ni retribuye con políticas de Estado que les permitan una subsistencia digna.
La Federación Nacional de Cafeteros cumple este año, al igual que el Comité departamental de Cafeteros de Caldas, 90 años de existencia. Pocos meses después de que se creó la Federación, inició en Manizales sus labores el Comité, al que le dedicó 37 años de su vida Alfonso Ángel.
Cuando se revisan las ejecutorias del Comité durante su historia, parecería uno estar frente a la rendición de cuentas de un alto funcionario del gobierno, pues muchas de sus obras deberían ser responsabilidad del Estado y no las de un sector económico particular.
Y es que el aporte de los cafeteros a la construcción de infraestructura en el país, y Caldas, es impresionante. Casi 1.500 kilómetros de carreteras construidas, 173 de los cuales pavimentados, puentes, placas huellas, mantenimiento de obras hacen parte de ese inventario.
En acueductos y alcantarillado tiene 436 intervenciones con cerca de 50 mil viviendas beneficiadas, y 56 hospitales y centros de salud intervenidos, a la par con 3.500 viviendas mejoradas en el departamento, además de llevar energía eléctrica a 36 mil hogares.
En cuidado del medio ambiente, gracias al apoyo del Comité, se han construido más de 11 mil pozos sépticos y se modernizó todo el sistema de beneficio del grano con lo que se están protegiendo en forma efectiva las fuentes de agua de su territorio.
Pero sin duda donde más sólida ha sido la participación del Comité en la vida de Caldas es en la promoción de una educación de calidad para sus campesinos, y es donde Alfonso Ángel trabajó con más entusiasmo y resultados más prometedores.
El modelo pedagógico de Escuela Nueva ha sido ejemplo para el mundo como sistema de enseñanza rural. El aporte de los cafeteros a la educación de los habitantes del campo es invaluable. Una educación que tiene como base el desarrollo de las competencias de los alumnos y que ha sido replicado en países tan distantes geográfica y culturalmente como Vietnam. Un modelo que se ha extendido en zonas geográficas y en la formación que brinda, al encadenarse con Universidad en el Campo, y más adelante con programas de empresarismo y emprendimiento que les abren nuevas oportunidades y visión a sus beneficiarios.
Hoy los cafeteros están concentrados en alcanzar niveles de rentabilidad en sus cultivos que les permitan una sostenibilidad digna y garanticen el futuro de la actividad. Es una tarea compleja, pues hay que migrar de una informalidad ancestral, que es común en casi todo el sector agropecuario en Colombia, hacia el cumplimiento de unos exigentes estándares internacionales a los cuales todos queremos llegar.
El camino es tortuoso, y por lo tanto hay que andarlo con calma. No es prudente pretender imponer cambios drásticos en cortos períodos de tiempo. Hay que planear una transición que avance, pero que se pueda costear, y que contemple la realidad económica y cultural del sector para que sea viable.
Al tiempo, es fundamental que se desarrollen tecnologías que hagan más eficientes las labores del cultivo, en particular las de recolección del grano, que tiene un enorme peso en la escala de costos y para las cuales es cada vez más difícil encontrar personal suficiente y capacitado.
En un foro reciente en Medellín, convocado por la Federación de Cafeteros, se reunieron representantes de todos los eslabones de la industria del café en el mundo, con la sana intención de promover un trabajo conjunto que estimule el crecimiento de la industria y una mayor equidad en la distribución de los ingresos que esta genera.
Es clave que los comercializadores tomen conciencia de la importancia de tener un respaldo sólido en los cultivadores, pero es muy difícil que ese sentimiento vaya más allá de los precios con que negocian el café en las bolsas. El mercado es implacable.
La calidad del café tiene que ser la prioridad. Para ello debemos superar los sellos ambientales y sociales, que son buenos y algo aportan, por la diferenciación en la taza y el origen de nuestro producto. La mejor forma de capturar valor en la cadena producción, suministro y consumo del café, es acercándose al consumidor final, como se hace con creciente éxito en las tiendas Juan Valdez, y diferenciando nuestro grano. El caso del vino es ejemplar.
Qué bueno el día en que en los restaurantes le asocien a las cartas de vinos, en la que las cepas y los años marcan el precio, una con la oferta de los cafés, en la que los orígenes y las mezclas le den al consumidor la oportunidad de elegir.
El mundo toma todos los años más café. Después del agua es el bebestible más popular con tendencia a seguir creciendo y a ser más sofisticado su consumo. Tenemos por delante una oportunidad de oro que tenemos que saber aprovechar.
Margarita Gómez, Felipe Montes, y Juan Eduardo Zuluaga tuvieron este año la misión de escoger a la persona que hoy estamos homenajeando. Les agradecemos haber cumplido con su tarea eligiendo a Alfonso Ángel. En él se destaca el liderazgo discreto pero efectivo, el timonel que sin protagonismos ni aspavientos logra resultados destacables, el hombre cívico comprometido con todas las causas que le representen progreso a la comunidad.
Gracias señores del jurado, queda en excelentes manos el Voceador de Prensa de este año. Felicitaciones a Alfonso Ángel, a su familia, y a los cafeteros a quienes tanto les ha servido. Los aplausos son para ustedes.
Muchas gracias.
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