MIGUEL ANDRÉ GARRIDO ÁVILA
COLPRENSA | LA PATRIA | BOGOTÁ
Seguramente la noche del miércoles y la madrugada del jueves no fueron las mejores para el presidente de la República, Juan Manuel Santos, ni tampoco para su equipo de gobierno, todo por cuenta del baldado de agua helada que dejó caer el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre los esfuerzos del país en su lucha contra los cultivos ilícitos.
"El Gobierno de EE.UU. consideró muy seriamente designar a Colombia como un país que ha fallado de una manera clara en adherirse a sus obligaciones bajo los acuerdos internacionales de lucha contra las drogas”, señala la información que fue dada a conocer desde Estados Unidos y en la cual además se hace referencia al crecimiento de los cultivos y producción de coca en estos últimos tres años.
La advertencia recordó la decisión del 1 de marzo de 1996, cuando la Casa Blanca descertificó a Colombia en un momento crítico de la relación bilateral, después de que el entonces presidente Ernesto Samper (1994-98) fue salpicado por denuncias sobre la infiltración de dineros del narcotráfico en su campaña.
“Uno no sabe a qué atenerse con este señor”, aseguró Benjamín Herrera, profesor de relaciones internacionales de la Universidad Javeriana, quien cuestionó las contradicciones en las que ha caído el mandatario estadounidense.
Y es que a pesar de cuestionar la determinación por parte del Gobierno Nacional en enfrentar este flagelo, el pronunciamiento estadounidense avala el papel de las Fuerzas Militares y de Policía, al punto de ser esta la razón por la cual no se adoptó de una vez la descertificación, tal como sí sucedió con países de la región como Bolivia y Venezuela.
“¿Y es que acaso el presidente de la República no es el comandante supremo de las Fuerza Militares?”, se preguntó el experto, y añadió que “estas no accionan sin que él así lo disponga”.
En un sentido similar se pronunció el vicepresidente de la República, Óscar Naranjo, a quien le pareció extraño que en el comunicado se diga que la única razón por la que no se descertificó a Colombia es por el trabajo de las Fuerzas Armadas, cuando es el presidente de la República el comandante de ellas.
Desde el Gobierno
"Nadie tiene que amenazarnos para enfrentar este desafío". Fue la respuesta contundente del Gobierno Nacional y que se emitió a tempranas horas de ayer desde la Casa de Nariño.
De esta manera, desde el Gobierno se marcó distancia y desde ya se empezó a dar un giro en cuanto a los argumentos que se llevarán a una reunión que está programada para la próxima semana entre los presidentes de los dos países en medio de la Asamblea General de la ONU en Nueva York.
Entre los primeros en salir a responder fue el alto consejero para el posconflicto, Rafael Pardo, quien señaló que estos memorandos son emitidos cada año y hacen parte de las razones que el presidente de los EE.UU. debe llevar ante el Congreso de su país para discutir el presupuesto del 2018 y más aún cuando se trata de países a los cuales les dan fondos.
“Esta es una advertencia que nos preocupa porque no tiene en cuenta lo que ha hecho el Gobierno”, precisó Pardo, agregó que se omitieron los esfuerzos en cuanto a erradicación, y manifestó que en este asunto se ha cumplido el 62% de la meta fijada. De la misma manera, cuestionó el que no se haya tenido presente lo que se está haciendo en materia de sustitución de cultivos y que desde mayo pasado se ha venido cumpliendo.
A pesar de esto, Pardo reconoció que es claro que “Colombia es el principal productor de coca del mundo desde hace 30 años”, y precisó que esto no es un tema de este gobierno sino que ha estado presente desde hace muchas décadas.
Frente a las razones del incremento en los cultivos de coca, Pardo lo atribuyó a que tras informarse sobre el programa de sustitución de cultivos se generó una explosión en cuanto a la siembra. Otra de las razones, además del crecimiento del consumo tanto en EE.UU. como en Colombia y en otros países, es la devaluación del peso desde el 2014.
Otro de los miembros del Gobierno que se pronunció fue el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, quien en diálogo con distintos medios dijo que información de guardacostas de EE.UU. permite establecer que la interdicción de cocaína en 2016 rondó las 600 toneladas, esto en relación con el total de la sustancia ilegal que se produce en todo el continente americano.
De ese número total -precisó Villegas-, las operaciones por parte de Colombia han permitido la incautación de 362 toneladas (más del 50%) y Panamá se ha sumado con 60 toneladas. Esto representa 422 toneladas entre los dos países, aunque no desconoció que se deben seguir haciendo esfuerzos para mejorar en la lucha contra este flagelo, y no dudó en reclamar un mejor resguardo por parte de EE.UU. de su frontera con México, donde han sido incautadas tan solo 10 toneladas.
Lo que está en juego
Pero las alarmas se prendieron no solo por la indignidad causada, sino por lo que está en juego. Si bien los 400 millones de dólares que Estados Unidos aporta para el Plan Paz corresponden a lo que ese país gasta en una mañana de guerra con Afganistán -como lo refirió el profesor de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario, Rubén Sánchez-, para Colombia sí significa un buen porcentaje del dinero para los programas de apoyo, programas que de no recibir esos recursos “se verán cojos”, dijo el docente, quien además señaló que ese sería un duro golpe en este momento para la economía del país.
Pero el trasfondo de la determinación de Trump, según el experto, estaría marcado por un pulso político del mandatario con el Senado de su país, además de ser una manera de buscar réditos con sus electores, pues no son pocos los traspiés que ha tenido en cuanto a la manera como hace política.
“En este momento el señor Trump está negociando con el Congreso de los Estados Unidos el presupuesto y está en medio el apoyo para países como Colombia. Además, es clara la preocupación por el incremento de las drogas que van hacia ese país”, dijo Sánchez, quien añadió a este escenario político los problemas de Trump con México, y una clara preocupación por los cambios políticos en Colombia tras la transformación de las Farc, que pasan de ser considerados “grandes narcotraficantes a un movimiento político”. No obstante, el catedrático fue claro al señalar que lo sucedido hasta el momento es “solo una presión”.
Para el profesor de la Javeriana Benjamín Herrera, el escenario que abrió el presidente Trump no es nada más ni nada menos que una manera de sacar réditos internamente. “Nosotros lo vemos desde acá, hay ambigüedades y vaivenes e incoherencias del presidente de los EE.UU”, dijo Herrera, para quien este tema es de consumo interno en EE.UU. y a la postre podría generarle mayor aceptación entre los estadounidenses.
“Uno no sabe si lo que dice Trump es una mera propuesta, si es algo que se viene planeando o si es una idea que le surgió de un momento para otro”, manifestó el experto.
Ahora bien, desde una visión política y estratégica, Rubén Sánchez desestimó la posibilidad de que Trump vaya a tomar una determinación que afecte a Colombia, pues -dijo- es claro que en escenarios complejos como los que se dan con Venezuela, o la inestabilidad que se vive en Ecuador o Perú, Colombia es el mejor aliado de Estados Unidos. Por lo que descartó el que se vaya a dar un recorte en el apoyo hacia Colombia.
De cara a la reunión que se va a dar entre los dos mandatarios la próxima semana, los dos analistas coincidieron en que lo que debe suceder desde el Gobierno Nacional es una explicación de la política interna, pues en este momento -aseguraron- no es adecuado dar un paso atrás.
Destacado
Cifras divulgadas en marzo pasado por la Oficina de Política Nacional para el Control de Drogas de la Casa Blanca revelaron que en Colombia hay 188.000 hectáreas de coca, que pueden producir al año 700 toneladas de cocaína.
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