Seis de cada 10 alumnos han sido víctimas de matoneo

Las cifras fueron reveladas este jueves por investigadores de la Universidad Industrial de Santander, UIS.

Según los investigadores, el informe reportó que el 60 por ciento de los estudiantes de la ciudad han sido golpeados, acosados o maltratados, dentro y fuera de las aulas, en algún momento de su vida.

La directora del grupo de investigación Atenea de la UIS, Yolima Beltrán, explicó a Vanguardia.com que gracias a un trabajo de caracterización del matoneo o Bullying en instituciones educativas de Bucaramanga, se pudo comprobar que de 1.400 estudiantes que hicieron parte del estudio, por lo menos 800 han sido o actualmente son víctimas de este tipo de acoso.

Por su parte, Laura Victoria Sarmiento, otra de las investigadoras de la Escuela de Educación de la UIS explicó que del total de los encuestados el 60 por ciento recibió agresiones físicas o verbales, el 30 por ciento fue víctima de agresión psicológica y el restante 10 por ciento fue acosado a través de la Internet.

Frente a esta situación la catedrática Yolima Beltrán explicó que las víctimas de este tipo de abusos “se sienten perseguidos, son retraídos, reciben constantes intimidaciones dentro del grupo en el que se encuentran y regresan a casa con cortaduras, arañazos y dolores en su cuerpo”.

Beltrán advirtió que “cuando a las víctimas se les sale el problema de las manos, se deprimen, se aíslan y pueden llegar en ocasiones hasta el suicidio”.

Vanguardia.com denunció en mayo pasado que son pocas las denuncias sobre matoneo o Bullying en la ciudad. Así lo aseguró en ese entonces la jefe del Grupo de Protección de Infancia y Adolescencia de la Policía Metropolitana, subteniente Alejandra Pérez Arango, al advertir que la comunidad no denuncia esta clase de acoso en las instituciones educativas, que se presume ocurren con relativa frecuencia en las escuelas y colegios.

Para la Policía Metropolitana de Bucaramanga el matoneo se define como una clase de violencia juvenil en donde un menor agresor recurre a la violencia física o psicológica. “Este tipo de casos nosotros los investigamos siempre y cuando se presenten en el interior de la institución educativa, ya que si estos ocurren por fuera, pasan a ser vistos como riñas”, precisó Pérez Arango.

ALGUNOS DE LOS CASOS

Pese a que las autoridades aseguraron que no existen casos registrados de matoneo en Bucaramanga, Vanguardia.com ha recibido durante el año reiteradas quejas que dan cuenta de esta situación.

El pasado 21 de septiembre la abuela de una menor de Piedecuesta denunció que su familiar fue agredida por el simple hecho de usar gafas para mejorar su visión. Según el reporte, la estudiante de 11 años pasó de objeto de burlas de sus compañeros de clase a recibir un golpe con un palo de escoba en su cabeza.

La denunciante aseguró que “lo mejor que pudimos hacer con la niña fue trasladarla a otra institución. Ahora recibe ayuda psicológica por el trauma que le generaron las agresiones. En casa debemos guardar silencio para que ella trate de olvidar este mal rato y aferrarnos a Dios para que algo tan espantoso no le vuelva a suceder”.

Los adultos también son víctimas

El pasado sábado 15 de septiembre, una joven de 18 años intentó suicidarse lanzándose desde el puente de Provenza hacia la autopista que comunica a Bucaramanga con Floridablanca, porque de acuerdo con el reporte de las autoridades su expareja publicó unas fotos suyas desnuda, en las redes sociales.

La sargento Claudia Quiroga, jefe de la Unidad de Investigación Tecnológica de la Sijín en Bucaramanga, sostuvo que durante 2012 se han registrado “12 casos en los que hombres y mujeres han sido víctimas de acoso virtual. En las relaciones de pareja hoy en día, es normal que se tomen fotos íntimas, pero cuando estas se terminan o hay infidelidad, alguno de los dos en venganza las sube a las redes o crea anuncios eróticos con ellas”.

Cabe recordar que el pasado 13 de diciembre, la ministra de Educación, María Fernanda Campo, anunció la creación de una ley ‘anti matoneo’ que busca tener un reporte de cada una de las instituciones educativas en donde ocurran esos actos de violencia y realizar un seguimiento para evaluar cómo fueron superadas.