COLPRENSA | LA PATRIA
El 23 de diciembre de 2013, Aída Delgado gozaba a sus 76 años de una salud envidiable. Pero ese día experimentó un dolor de cabeza intenso mientras hacía el mercado que la obligó a ir de manera inmediata a su casa.
Precisamente al llegar, su sobrina Margarita llamaba desde EE.UU. para saludarla. Pero, al otro lado de la línea la sobrina fue advirtiendo cómo la voz de Aída se iba perdiendo de manera súbita, hablaba con la lengua enrredada, de manera confusa. Presa del pánico, Margarita terminó por llamar a otros familiares en Cali. Su tía necesitaba ayuda urgente.
Pero Aída repetía que era un dolor de cabeza pasajero, que no era necesario asistir al médico, pero sus familiares decidieron llevarla a Urgencias.
Los médicos lo supieron casi al instante: los síntomas eran claramente los de un ataque cerebro vascular.
Según la Asociación Colombia de Neurología se estima que en Colombia el 38 % de los pacientes no reconoce los síntomas de un Ataque Cerebro Vascular (que se conoce por las siglas ACV).
Y se cree además que en solo el 40 % de los casos se acude a una línea de emergencia. Este bajo índice hace que la mortalidad luego de un ACV sea muy alta.
En el caso de Aída, la atención inmediata permitió que pueda llevar una salud controlada. Aunque se le olvidan las cosas de manera continua se hace chequeos con frecuencia.
Lo reconoce su esposo Félix Duque quien después de ese episodio se convirtió en una suerte de médico en casa. La cuida día y noche: debe bañarla, vestirla y estar pendiente de sus tareas en el día.
Félix expresa que el hecho de haber reconocido los síntomas a tiempo fue primordial para salvar la vida de Aída, quien pasó 18 días en cuidados intensivos. Actualmente visitan al médico constantemente para no repetir el episodio.
El neurólogo Jorge Luis Orozco Vélez afirma que las primeras tres horas después de la aparición de los síntomas son vitales para realizar un procedimiento acertado. “El tiempo límite son cuatro horas y media, después de ese tiempo el tratamiento se torna complejo”, asegura el especialista.
Cuando el paciente llega a tiempo a un centro de salud se le realizan exámenes de laboratorio y una escanografría cerebral urgente.
De esta manera, los doctores obtienen una visión integral del cerebro y del aparato circulatorio para así lograr localizar las arterias que llegan al cerebro. Una vez identificada la lesión, se da vía libre al tratamiento. Dependiendo de los resultados, se ofrece terapia trombolítica, terapia intravenosa, sistémica o intraarterial.
Pero, si se llega después de cuatro horas de ocurrido el episodio de crisis, “el paciente no se podrá beneficiar de algunos tratamientos y se va requerir de un manejo multidisciplinario”.
El País ofrece una guía para que a usted su cerebro no lo tome por sorpresa. A tomar nota.
*Integrante del Semillero UAO-El País.
Tenga en cuenta
Especialistas dicen que la mejor manera de prevenir un ACV es la modificación de factores de riesgo. Conozca algunos:
*Hipertensión arterial.
*Colesterol elevado.
*Diabetes.
*Obesidad.
*Consumo de altas dosis de alcohol.
*Fumar cigarrillo.
*Haber padecido de una isquemia cerebral o de un ataque sistémico transitorio. Es decir, cuando se presenta pérdida súbita del habla.
*Sufrir de enfermedades del corazón, principalmente fibrilación arterial.
Recomendaciones
* Estos son algunos consejos fundamentales que brindan los especialistas a la hora de reaccionar oportunamente ante un ACV:
Identificar la hora de inicio de los síntomas.
* La persona que llame o acuda al servicio de urgencias con el paciente, debe conocer su historia clínica y, en lo posible, haber estado con él durante el evento agudo.
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