Colprensa | LA PATRIA | Bogotá
La Conferencia Episcopal colombiana eligió como su nuevo presidente a monseñor Luis Augusto Castro, hasta ahora arzobispo de Tunja y que cuenta con amplia experiencia en negociar con las Farc y el Eln en casos de liberación de soldados secuestrados, informó el organismo.
Con su nombramiento, el catolicismo se prepara para participar de lleno en la implementación del eventual acuerdo de posconflicto, que podría llegar si concluyen con éxito las negociaciones del proceso de paz entre el Gobierno y las Farc en La Habana, que encaran su recta final.
"No podemos quedarnos con una reconciliación barata, falsa y con un disfraz de impunidad", dijo el prelado en rueda de prensa al ser consultado sobre cuál sería el escenario deseable para el posconflicto.
Castro, de 72 años, es teólogo y filósofo de formación, y durante su carrera se ha desempeñado, entre otros cargos, como obispo de San Vicente del Caguán, en Caquetá, y de forma más estable como encargado de la Arquidiócesis de Tunja desde hace 16 años.
Esta será la segunda vez que monseñor Castro dirija la Conferencia Episcopal, después de haberlo hecho entre el 2005 y el 2008, tarea que asumió tras convertirse en presidente de la Comisión de Conciliación Nacional.
El prelado habló sobre su nombramiento e hizo especial énfasis en el trabajo que la Iglesia colombiana ha hecho por la paz y que, sin dudas, continuará en este nuevo período.
¿Cómo recibe este nombramiento?
No me lo esperaba sencillamente porque yo ya he sido presidente y era para mí normal que hubiese habido un cambio; sin embargo, aquí estoy enfrentando esta situación con muy buena voluntad.
Usted ha trabajado por la paz, estuvo presente en el Caguán y fue presidente de la Comisión Nacional de Conciliación, ¿cómo incluirá ese trabajo por la paz en su mandato?
Yo creo que en el fondo si me pusieron aquí en este cargo fue para que siquiera acompañando todo el esfuerzo que la Iglesia colombiana ha hecho en favor de la paz. Evidentemente, hay muchos otros aspectos que hay que tratar pero estoy seguro que ese fue el criterio prioritario por el cual los obispos quisieron escogerme como presidente de la Conferencia Episcopal.
De darse la paz, ¿cómo trabajará la Iglesia en el posconflicto?
El posconflicto es una etapa muy complicada que creo que de alguna forma ya estamos viviendo y hay que hacer especial énfasis en un aspecto muy importante: la reconciliación
Verdadera reconciliación
¿Cómo debe se esa reconciliación?
Es indispensable que haya paz en el corazón de todos para evitar que la reconciliación sea barata o falsa, debe ser una reconciliación que no se convierta en el disfraz de la impunidad, sino que sea una verdadera reconciliación.
¿Cuál es la labor del Gobierno y los negociadores de La Habana en ese proceso de reconciliación?
La labor que tienen ellos es muy complicada, hasta ahora el trabajo que han hecho ha sido muy fácil porque todo el tiempo han hablado de conceptos y nadie tiene problema en manejar los conceptos. Pero, en la reconciliación, el tema es de corazón, la guerrilla tiene que aprender a pedir perdón, no de dientes para afuera sino con el corazón y responder por las cosas que hizo en el marco de la justicia transicional.
Lo importante es que las cosas queden claras para que no queden resentimientos y rencor en los corazones para no repetir la historia de otros países donde se firmaron todas las paces del mundo pero se siguieron odiando.
¿Cómo ha visto hasta ahora el proceso de paz?
El proceso de paz, para mí, va muy bien, siento que las Farc lo han tomado en serio, el Gobierno y las personas en la mesa de negociaciones están haciendo las cosas bien. Sin embargo, ahora llega la parte difícil que es cuándo les toca mostrar si realmente tienen esa voluntad de paz o no, con los actos.
¿Usted cree que se está trabajando en un proceso para firmar una paz apresurada?
Todas las cosas tienen unos pasos que cumplir, si nos ponemos de afán y a querer hacer las cosas ya, podemos saltarnos elementos importantes como por ejemplo trabajar por una reconciliación real, porque hay reconciliaciones rápidas por conseguir un objetivo rápido y si se hace así nos pasa como dice el dicho de los italianos "la gata por querer hacer los gaticos rápidos le nacieron todos ciegos".
Con Eln
Monseñor Luis Augusto Castro espera que con el Eln se empiece el proceso, pero no como los procesos anteriores, "porque ellos son especialistas en dialogar y dialogan con una gana enorme porque son expertos, pero ya cuando deben asumir algún compromiso se levantan de la mesa y así no sirve. El diálogo por el diálogo no funciona, debe ser entendido como un camino real y eficaz para la consecución de la paz en el país", aseguró.
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