Bogotá.- Continúa la polémica alrededor de la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano en Colombia, donde Gobierno Nacional y padres de familia se enfrentan por los síntomas que vienen presentando más de 250 niñas del municipio de Carmen de Bolívar.
El presidente de la República, Juan Manuel Santos, manifestó este fin de semana que “no se ha podido encontrar un vínculo entre lo que está pasando a estas niñas y la vacuna. O sea, no hay una relación de lo uno con lo otro, a pesar de que se ha ido a buscar esa relación”.
Los síntomas que vienen registrando las niñas han sido atribuidas a desde el Ministerio de Salud a un tema de “sugestión colectiva”, lo cual ha generado la molestia de los padres de familia, quienes aseguran que las menores no “son actrices” y que ellas eran personas sanas antes de la vacuna.
El siquiatra Mario Parra explicó que aunque no se conocen de primera mano las historias clínicas de las pacientes, “la teoría del Gobierno puede ser que sea real y que corresponda a algo que se llama trastornos de somatización. Lo primero es descartar que exista una causa física que sea responsable de los síntomas que presentan las pacientes”.
Igualmente, señaló que es muy importante un acompañamiento a las familias, pues no sólo las niñas necesitan de atención médica sino que los padres de las menores “también necesitan un acompañamiento psicológico para lograr entender qué es lo que está pasando”.
El ministro de Salud, Alejandro Gaviria, viajará este miércoles a Carmen de Bolívar con un grupo de especialistas para conocer de primera mano lo que está pasando con las menores y así establecer cuál es el procedimiento a seguir.
¿SI NO ES LA VACUNA QUÉ PUEDE SER?
Parra afirma que la mente es muy poderosa y que algunos de los síntomas pueden ser motivo de otra enfermedad. “Está claro que el poder mediático que se le ha dado a la noticia es importante y por esto si hay niñas que en algún punto se aplicaron la vacuna y presentan síntomas parecidos en vez de asociarlos a una gripa o a otra enfermedad los van a asociar con la vacuna”.
Es importante aclarar que casi todas las vacunas producen un efecto secundario, sin embargo ninguno es tan fuerte como los que han presentado las niñas de Carmen de Bolívar y en otras partes del país.
“En varias ocasiones, cuando las personas no son capaces de verbalizar o sacar a flote sus emociones porque están reprimidas por diferentes situaciones, estas pueden salir a flote a través de este tipo de síntomas”, agrega Parra.
Para el psiquiatra es importante que se establezca un diálogo permanente con las familias para que así se pueda entender que lo que padecen las niñas no es a causa de la vacuna, además porque estas son muy importantes para prevenir el cáncer de cuello uterino.
“Cuando a las familias se les dice que es posible que un familiar tenga una enfermedad psicológica es obvio que no lo van a tomar bien, nadie quiere ver a su familiar y mucho menos a su hija en un estado no normal y por esto las reacciones de los familiares”, concluyó Parra.
A pesar de lo anterior, la cifra va aumentando y ya son 343 los casos de menores que han manifestado algún síntoma, 102 de estas pacientes han sufrido desmayos.
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