"Me preocupa que la gente no salga a votar"

ARGEMIRO PIÑEROS

COLPRENSA | LA PATRIA | CARTAGENA

El alto comisionado de paz, Sergio Jaramillo, asegura que uno de los aciertos claves que se tuvo para terminar la negociación con las Farc fue la paciencia, una racionalidad que sostiene fue fundamental para que se discutieran temas que hasta ahora habían sido un imposible negociarlos.

Sostiene que los colombianos deben salir a votar el 2 de octubre porque es el voto más importante de toda sus vidas, pero teniendo claro que es una mentira lo que dicen los promotores del No que al negar los acuerdos es un si para renegociarlos.

Jaramillo, también habló del alcance que tendrán los acuerdos, de los que manifiesta no son un catálogo exclusivo para el grupo que está dejando las armas.

De frente

A pocas horas de la firma ¿Cómo se siente después de que usted también es protagonista del acuerdo?

Uno espera con emoción la firma. Será una ceremonia muy bonita, representativa de lo que somos como país. Por otra parte, tengo la preocupación de que el 2 de octubre, no salga a votar suficiente gente, porque piense que eso ya está arreglado, y no es así.

¿Cómo ha sentido que los colombianos están recibiendo los acuerdos en el marco de la campaña?

Se siente que cada vez hay un mejor ambiente, que está empezando a prenderse ya la llama de la paz, pero no se si suficiente gente se ha dado cuenta de la importancia del 2 de octubre y salga a votar. Quiero invitar a todos a salir ese día a votar.

¿Por qué es necesario salir a votar?

Porque ese es el voto más importante que va a haber desde el plebiscito del 57. Es la primera vez en la vida de la mayoría de los colombianos y de su decisión depende el rumbo que tomará el país. Nos vamos a un escenario, o nos damos una opción de un nuevo futuro, de construir una paz que no va ser fácil, pero es un cambio fundamental en la historia de Colombia o volvemos al pasado.

¿Por qué consideran los negociadores que es imposible volver a renegociar los acuerdos?

Eso es una mentira y lo es porque lo que hay es un acuerdo que termina la guerra, y un acuerdo que nos tardamos cuatro años en construir. No fue gratis que estuvieramos en La Habana, fue precisamente porque discutimos y peleamos cada frase, cada palabra, entonces la idea de que un no es un sí y que las Farc van a aceptar lo que antes nunca aceptaron, es una mentira y ya salieron las mismas Farc a decir que no hay ninguna posibilidad de renegociación.

¿Los colombianos cómo van a sentir el 3 de octubre que el país está cambiando?

Como el primer día de un nuevo país que hay que construir, con esperanza pero también con realismo de las tareas grandes que vamos a tener por delante.

Le preocupa que no se lleguen a cumplir varios de los acuerdos pactados con las Farc, ¿qué pasaría si así sucede?

Sí, me preocupa que no seamos capaces de movilizar no solo al Gobierno, sino a la sociedad porque estas tareas requieren de la participación de todos. Por eso esta es una razón más de que el plebiscito es muy importante para crear la conciencia sobre lo que significa la implementación de los acuerdos.

Baja participación

¿Es verdad como dicen los promotores del No que los acuerdos solo benefician a las Farc?

Eso nuevamente es una mentira. Este proceso pretende no solo terminar el conflicto, sino sentar las bases para una paz estable y duradera. Por eso acordamos los puntos pactados, por eso hay que llevar bienestar a los campesinos que viven en la miseria y hacer inversiones en infraestructura, llevar mercados para integrar los territorios de Colombia; por eso tenemos que vigorizar nuestros mecanismos de participación ciudadana como quedaron en la Constitución para que la gente sienta que su voz cuenta. Debemos de atacar de una manera más inteligente el problema de los cultivos ilícitos, de manera que lo que se acordó no es para las Farc es para sentar las bases de una paz estable y duradera que asegure que rompemos esos ciclos históricos de violencia asociados al conflicto.

Ahora, que con eso se acaba toda la violencia en Colombia, obviamente que no, el crimen organizado va a seguir, el narcotráfico va a seguir, pero tendremos muchos más recursos para enfrentar esas amenazas.

¿Es mentira también que los acuerdos llevan a que Colombia se convierta en un Estado castro-chavista?

A mi me impresiona el desprecio con el que tratan a los colombianos las personas que dicen eso. Nosotros vivimos en una democracia en la cual 32 millones pueden votar y son los que deciden en qué país vivimos y quienes dicen eso es que piensan que los colombianos son brutos, que no se dan cuenta lo que está pasando en su país vecino. Yo tengo confianza en los colombianos.

¿Le preocupa que sea una victoria del Sí con un margen electoral muy escaso?

Somos desafortunadamente un país con una historia de una baja, o por lo menos, mediocre participación electoral. Esa es nuestra realidad en comparación con Europa, la participación en Colombia en la política en general es baja, uno si quisiera que la gente salga masivamente a votar, que esto sea una especie de fiesta nacional porque no va a haber un día más importante en la vida de nosotros.

¿Qué fue lo más difícil para usted durante todos los años de la negociación?

En el nivel personal, como en el caso de todos, dejar de ver durante tanto tiempo a mis seres queridos, y en la negociación misma más que un momento en particular, porque hubo muchos momentos difíciles, fue más bien la necesidad de mantener constantemente la serenidad, esto solo funciona si usted está sereno y paciente, y no cede a dejarse dominar por las emociones.

¿Construir confianza con las Farc fue muy difícil?

Veo ese problema de otra manera, una negociación no se hace construyendo confianza con el otro, se hace llegando a acuerdos serios que demuestren que tanto uno como el otro tienen un interés real en avanzar, en la medida que se van dejando esos hitos va construyendo confianza en el mismo proceso.