Más señales de diálogo con Eln, pero en mesa aparte

La inminente liberación del geólogo canadiense Jernoc Wobert, tal como lo exigía el Gobierno al Eln, sumado a su disposición de buscar una salida negociada al conflicto armado y las declaraciones recientes del presidente Santos, alimentan la idea de que se avecinan diálogos con esa guerrilla.

La reacción del mandatario al comunicado del Eln sobre la libertad del extranjero y directivo de una multinacional minera, es interpretada como una señal favorable a eventuales diálogos. "Celebro esa decisión del Eln. Esto es una decisión que considero un paso correcto, en la dirección correcta, para iniciar los diálogos con miras a buscar la paz en este país", declaró Santos el pasado domingo.

Otra señal de la disposición del actual Gobierno la dio el ministro del Interior, Fernando Carrillo, en entrevista con este diario: "El objetivo es llegar al fin del conflicto armado y para eso no solo debemos llegar a un acuerdo final con las Farc, sino también con el Eln. Los términos de ese proceso son del resorte del Presidente Santos".

Desde ya se apuesta a una mesa de negociación independiente a la que desde hace nueve meses se desarrolla con las Farc.

"Debe ser una mesa separada, con su propia agenda temática, aunque se pueden relacionar en temas comunes a ambos grupos insurgentes como el reconocimiento a las víctimas y las garantías de participación política", sostiene Carlos Arturo Velandia, conocido como "Felipe Torres", exjefe del Eln.

También recuerda que "los elenos" tienen una posición propia de "oposición al modelo de explotación del sector energético y de hidrocarburos". Punto que se discutiría en una mesa con este grupo subversivo.

Para Jaime Bernal Cuéllar, miembro de la comisión facilitadora que dialogó entre 2003 y 2007 con el Eln, "con la liberación se elimina un obstáculo, están dadas las condiciones para iniciar diálogos porque el fin del conflicto exige negociar con todos los alzados en armas".

Otro factor que ayuda a promover el proceso, según Cuéllar, es que varios países han ofrecido acoger el proceso. Se habla de Brasil o Bolivia. El excomisionado insiste en que la metodología sería similar a la aplicada con las Farc: agenda de temas definida y duración delimitada de la negociación.