COLPRENSA | LA PATRIA | BOGOTÁ
El periódico estadounidense The New York Times aseguró ayer que en los últimos meses, el comandante del Ejército, mayor general Nicacio Martínez Espinel, instruyó a sus comandantes de tropa para que durante el 2019 duplicaran la cantidad de muertes, capturas y rendiciones de miembros de grupos armados ilegales, sin importar que eso pudiera provocar bajas civiles.
El diario sostuvo que a comienzos de este año hubo una reunión en las afueras de Bogotá, en la que participaron los 50 principales generales y coroneles colombianos en la que se les pidió firmar un compromiso por escrito para intensificar los ataques.
En una casilla, de acuerdo con la publicación, se les pidió anotar las bajas en combate, las capturas y las rendiciones obtenidas en el 2018. En la casilla del frente, les solicitaron escribir sus metas para este año. Luego, les explicaron que la meta debía ser el doble de los resultados del año pasado.
Poco después, recibieron por escrito una orden firmada por el general Martínez, que transcribe el New York Times, y que afirma lo siguiente: “La meta es doblar los resultados operacionales en todos los niveles del mando".
Antecedente
Lo más preocupante de esta directriz, según algunos altos oficiales que hablaron con el diario a cambio de mantener la reserva de su nombre, es que es similar a la que llevó a que se cometieran los casos de falsos positivos en el gobierno de Álvaro Uribe, pues en esa ocasión los militares que mostraban bajas en combate eran beneficiados con ascensos y permisos.
Eso llevó a que soldados mataran a campesinos y jóvenes llevados desde otros lugares del país para hacerlos pasar como guerrilleros, vistiéndolos en algunos casos con uniformes y poniéndoles armas cerca de sus cuerpos.
Recientemente se conoció el caso del desmovilizado Dilmar Torres, asesinado en Convención (Norte de Santander), presuntamente por un cabo del Ejército, que en un primer momento dijo que su muerte había ocurrido por un forcejeo luego de intentar arrebatarle su fusil. Habitantes de la comunidad denunciaron que Torres había sido torturado y que los militares involucrados intentaron enterrar el cadáver.
El New York Times citó además otro caso, ocurrido el pasado 25 de febrero con tres supuestos miembros del Clan del Golfo, que habrían supuestamente muerto en combates con el Ejército, en condiciones que para la publicación resultan poco claras.
Se adelantaron
Horas antes de que fuese publicado el artículo del New York Times, el ministro de Defensa, Guillermo Botero, y el comandante del Ejército, Nicacio Martínez, le salieron al paso. Dijeron que hasta el momento han actuado en rigor con la normativa del Derecho Internacional Humanitario.
“La fuerza pública es la principal defensora de derechos humanos. Tengo la firme convicción que con el ejercicio de la autoridad se le da cabal cumplimiento a esos derechos", argumentó Botero.
Según el comandante del Ejército, los objetivos se los trazó cada comandante: “Cada uno dijo: 'quiero mejorar resultados'. Y no estamos hablando de muertos, sino de ubicación de laboratorios, ubicación de armas e insumos".
El periódico estadounidense afirmó en el artículo de ayer que las autoridades militares colombianas ordenaron a todas las unidades militares duplicar sus resultados en 2019, política que podría provocar un resurgimiento de los llamados falsos positivos.
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