Argemiro Piñeros Moreno
Colprensa | LA PATRIA | Villavicencio
El papa Francisco celebró ayer ante 400 mil personas una misa en Villavicencio, y allí dio su personal consejo de cómo debe ser la verdadera reconciliación.
El papa eligió a la capital del Meta para la beatificación de dos religiosos colombianos, por ser ejemplos de "un pueblo que quiere salir de la violencia".
"Jesús Emilio Jaramillo Monsalve, obispo de Arauca, y el sacerdote Pedro María Ramírez Ramos, mártir de Armero, son signo de ello, expresión de un pueblo que quiere salir del pantano de la violencia y el rencor", dijo.
Francisco llegó a esta ciudad golpeada por 53 años de conflicto para lanzar el mensaje con el que ha llegado en este viaje a Colombia, que se inició el pasado miércoles y donde permanecerá hasta el domingo.
"La reconciliación se concreta y consolida con el aporte de todos, permite construir el futuro y hace crecer la esperanza. Todo esfuerzo de paz sin un compromiso sincero de reconciliación será un fracaso", dijo el papa durante su homilía.
La misa comenzó con un primer momento simbólico cuando a su llegada a la sacristía del recinto Catama fue recibido por la "guardia indígena", formada por miembros de varias comunidades venidas de diferentes partes de Colombia que le formaron una calle de honor.
El papa abrazó y besó a varios niños indígenas y como regalo recibió un collar de los nativos y un sombrero vueltiao, que no dudó en ponerse.
Abrir la puerta
En su homilía, Francisco dio su receta de cómo debe ser la reconciliación para un país polarizado tras los acuerdos de paz con las Farc, ahora convertida en partido político.
"Reconciliarse es abrir una puerta a todas y a cada una de las personas que han vivido la dramática realidad del conflicto", y volvió a pedir huir de la venganza como lo ha hecho desde que comenzó su visita.
"Cuando las víctimas vencen la comprensible tentación de la venganza, se convierten en los protagonistas más creíbles de los procesos de construcción de la paz", aseveró.
"Basta una persona buena para que haya esperanza", repitió en dos ocasiones Francisco.
Para el papa Francisco que aunque sin citar nunca los acuerdos de paz con las Farc apoyó este proceso, puntualizó en su homilía que perdonar "no significa desconocer o disimular las diferencias y los conflictos. No es legitimar las injusticias personales o estructurales", afirmó.
"El recurso a la reconciliación no puede servir para acomodarse a situaciones de injusticia", advirtió.
El papa también habló de la reconciliación del hombre y la naturaleza después de que, lamentó, "sobre ella hayamos desatado nuestras pasiones posesivas, nuestro afán de sometimiento".
También al final de la misa tuvo palabras de cercanía para las víctimas tanto del fuerte terremoto que sacudió a México el jueves en la noche, como para las del poderoso huracán Irma que ya deja ya varios muertos y sigue amenazando la zona del Caribe.
El Arzobispo de Villavicencio, monseñor Óscar Urbina, agradeció al papa Francisco por su visita a la ciudad y la beatificación de los dos sacerdotes colombianos.
Dio las gracias al santo padre por ser un pedagogo en el encuentro de una sociedad que por las discordias y enemistades vive en el miedo y la desconfianza “solo si dejamos entrar a los demás en nuestro corazón podemos vivir la riqueza y la sabiduría que produce todo encuentro, pues como sucedió en María, todo encuentro transforma y abre al futuro donde siempre esta Dios, esperando que vivamos en profundidad de ser hermanos”.
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