El golpe del CNE al Centro Democrático

Colprensa | LA PATRIA | BOGOTÁ

El movimiento Centro Democrático del expresidente Álvaro Uribe sufrió un revés el pasado jueves cuando el Consejo Nacional Electoral (CNE) determinó que ningún partido puede llevar palabras, ni fotos alusivas a ninguna persona en su logo.

Pese a que el movimiento aseguró que interpondrá una tutela para reversar la decisión, los tiempos están en contra, pues las elecciones para Congreso se realizarán en cinco meses y la Registraduría tendrá que imprimir tarjetones a finales del mes de enero.

El abogado de la colectividad, Felipe García Echeverry, aseguró que existen precedentes en el país, tanto del año 2006 como del año 2011, de listas de candidatos utilizando como logosímbolo la fotografía de alguno de los candidatos, y que fueron avalados por la justicia constitucional en cabeza del Tribunal Administrativo de Cundinamarca, fallo refrendado por la Corte Constitucional en tutela.

En 2006 al entonces candidato Enrique Peñaloza se le autorizó el uso de la foto para la lista del movimiento 'Por el país que soñamos', mientras que al actual alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, se le autorizó en las elecciones para Concejo en el logosímbolo del movimiento Progresistas.

Discriminatoria

Frente a la decisión, el candidato a la Presidencia de la República Óscar Iván Zuluaga dijo que al movimiento uribista se le violaron los principios de neutralidad e imparcialidad.

“Este cambio arbitrario de las reglas democráticas discrimina en contra de un grupo significativo de ciudadanos y atenta contra los derechos a la igualdad y la participación política contemplados en la Constitución”, dijo el candidato.

Y aseguró que ya no hay garantías para el Centro Democrático por “cuenta de un Consejo Electoral en manos de los partidos de la Unidad Nacional, del que es partidario el presidente Juan Manuel Santos. Es inaceptable que se sustituya el debate de ideas y propuestas por triquiñuelas jurídicas en contra de la oposición democrática”.

EL procurador General, Alejandro Ordóñez, también hizo parte de la discusión. Según él, la decisión es discriminatoria y va en contra de la igualdad de los movimientos políticos en las elecciones del 2014.

Reingeniería

Para el analista de la Universidad del Rosario, Mauricio Jaramillo Jassir, la decisión obliga a que el movimiento haga una reingeniería de su estrategia política, porque al no estar presente la figura de Uribe en el momento de la votación, el movimiento no podría hacer efectiva su bandera política de ser “los elegidos por el expresidente para retornar a sus políticas”.

Según el experto, la decisión no implica que puedan sacar menos votos, pero podría profundizar las fracturas que ya hay dentro del movimiento.

“Fue un golpe duro porque les quita su principal referente que era la figura del exmandatario. Quitando esa figura va a ser difícil que la gente asocie directamente el nombre de Uribe con el del Centro Democrático”, concluye.

Más publicidad

El director del Observatorio de Procesos Electorales de la Universidad Rosario, Yann Basset, afirma que la decisión no implica una reingeniería sino que obliga al movimiento a hacer mucha publicidad para que la gente comience a asociar el nombre de Centro Democrático con el de Uribe.

“Es un golpe que no lleva a que se acabe el movimiento. La Registraduría dirá si acata la decisión del CNE. Ahora comienza la batalla jurídica para que se aclaren los hechos anteriores como el de Peñaloza y Petro”, dijo el académico.

Según el experto, esta decisión no tiene ningún tinte político y es una decisión lógica y coherente “pero, viene un poco tarde en contravía de cosas que se hicieron en el pasado”.

Previsible e infortunado

Para el experto en Ciencias Políticas de la Universidad de la Sabana, Iván Garzón Vallejo, la decisión del CNE "era previsible, infortunada e injusta. Previsible, pues el uribismo no tiene representantes en dicho órgano”.

Según él, el pronunciamiento es infortunado porque “sugiere que el Gobierno hará uso de los canales oficiales para entorpecer las demás candidaturas, específicamente, la del Uribe Centro Democrático”.

Y agrega que “es injusta, pues aunque los partidarios confundieron la legitimidad personal de Uribe con el culto a la personalidad en aras de la convocatoria electoral y, en este sentido, el nombre contribuía a personalizar en exceso la política. Es muy discutible que no tengan derecho a ello. Sobre todo, teniendo en cuenta que, en el pasado, otros partidos habían hecho lo mismo”.