El Cauca vive una tragedia humana

El día en que el que José Francisco Carabalí llegó hasta el corregimiento de Timba, municipio de Buenos Aires, en el norte del Cauca, recuerda que ya había hecho planes con el dinero que conseguiría recogiendo oro, en los yacimientos que abundan en la zona.

Después de todo, en varias ocasiones le habían dicho que 'baharequeando' en un día podía ganarse lo que se ganaba en un mes como jornalero cortando caña en su natal Villarrica.

“Hay gente que en un día han sacado terrones por los que les han pagado hasta 600 mil pesos“, asegura el hombre.

Y aunque no le fue tan bien como había pensado, de todos modos, en ocasiones terminaba sacando pequeñas piedras de oro de 18 kilates, cuyo valor aunque podía llegar hasta los 500 mil pesos, solo le pagaban 100 mil.

“Uno no paga nada para que lo dejen trabajar ,pero lo que saca lo tiene que vender aquí mismo, porque no lo puede uno sacar, y así es como ellos ganan“, señala el hombre, que asegura desconocer la identidad de quienes compran el metal.

Sin embargo, y ante la aparente bonanza aurífera en el norte del Cauca, la gente que llega de otras zonas del país hace más difícil trabajar en los socavones y muchas personas buscan otras minas para trabajar .

Tragedia

Fue así como, a principios de este año, José Francisco llegó hasta la mina Agua Limpia, ubicada en la Vereda San Antonio, a escasos 15 kilómetros del casco urbano de Santander de Quilichao, hoy escenario de una tragedia minera grave que se han presentado en el Cauca.

En la zona se concentran las labores de al menos 120 personas entre socorristas, funcionarios y Fuerza Pública, tratando de rescatar a quienes quedaron sepultados tras un derrumbe ocurrido en la medianoche del miércoles. Las autoridades sostienen que además de las tres personas sin vida que lograron ser rescatadas horas después de ocurrido el alud, habría otros 13 atrapados bajo toneladas de lodo y piedras.

“Escuchamos una traqueadera, cuando todos salimos corriendo porque alguien grito que se había venido la montaña y yo salí sin mirar para dónde estaba corriendo“ señaló Carabalí, convertido hoy en sobreviviente.

Y es que así como este campesino, miles de personas se han dedicado a trabajar en las minas que sin ninguna norma de seguridad, o licencia de explotación de un momento a otro se han convertido en un verdadero problema humanitario, de seguridad y ambiental.

De acuerdo con las cifras que manejan las autoridades en el Cauca, solo en la zona norte, en municipios como Caloto, Buenos Aires y Santander de Quilichao, hay 80 sitios identificados con presencia de retroexcavadoras, en donde están extrayendo oro.

Contra la minería ilegal

Aunque la mayor actividad de minería ilegal se concentra en el norte del Cauca, en tres municipios de la costa Pacífica: El Patía, la Sierra, Balboa y Mercaderes, también se ha reportado la presencia de personas que no son de la zona y que con el apoyo de maquinaria pesada lideran la búsqueda de oro.

La situación ha sido analizada por las principales autoridades del departamento, tras la orden de arreciar las acciones en contra de esta actividad.

“A finales del año anterior realizamos un Consejo de Seguridad para tratar exclusivamente el tema de la minería ilegal, ahí se determinó que para el Cauca, se conformaría una unidad especializada en atacar este flagelo, incluso con la utilización de explosivos para destruir maquinaria“, señaló el gobernador, Temístocles Ortega.

Durante los primeros tres meses del 2014, la Policía reportó el desarrollo de operativos en municipios como Corinto y Caloto, en donde la maquinaria terminó estallando luego de la acción de expertos antiexplosivos.

Sin embargo, y así lo señaló el propio mandatario, a pesar de estas acciones la minería ilegal, lejos de estar amenazada, ha ido proliferando en lo que llamó es una ineficacia del propio Estado por impedir la situación.

“Las denuncias sobre los lugares en donde hay maquinaria se han hecho, pero hay que decirlo así de clarito: el Estado ha sido ineficaz para actuar de manera contundente“, agregó Ortega.