Destapan vestigios de masacre de guerrilleros en Cauca

El CTI de la Fiscalía sigue en las labores de identificación de los 12 restos que exhumó de una fosa, el pasado domingo, en Tacueyó, corregimiento de Toribío (Cauca) y que harían parte de la masacre de una columna guerrillera por parte de sus comandantes, tratando de esclarecer quiénes eran "informantes del Ejército" y quiénes no.

El 24 de octubre, entre las veredas Chimiquite y La Asomadera, indígenas reportaron sobre restos humanos que encontraron mientras realizaban actividades agrícolas.

Dos días después, el CTI de la Fiscalía se trasladó a la zona, hizo la inspección del terreno y en una fosa halló los 12 restos. Según reportes obtenidos en el área, esa sería una de las fosas donde guerrilleros del frente Ricardo Franco -una disidencia de las Farc-, enterraron a 164 presuntos subversivos que fusilaron en 1986, por considerarlos supuestos "infiltrados" de los organismos de seguridad del Estado.

La masacre de Tacueyó, como se conoció en su momento, causó la indignación del país. Incluso las mismas Farc y la Coordinadora Guerrillera intentaron perseguir al responsable del hecho, ordenado por José Fedor Rey, alias "Javier Delgado", quien murió ahorcado en la cárcel de Palmira en 2002.

El secretario de Gobierno de Toribío, Miller Correa, aseguró que "desde la masacre de 1986 no hay reportes de que en esa misma zona se hayan presentado hechos de tal magnitud, lo que lleva a pensar a las autoridades que los restos serían de los fusilados ese año" por la disidencia de las Farc. También porque en ese mismo lugar se dio tal "purgamiento".

Aclaró que entre 1986 y 1990 las autoridades hicieron otras exhumaciones de otros restos en esa misma zona. En diálogo con El País de Cali, el gobernador del Cauca, Temístocles Ortega, dijo que sigue a la espera de que el CTI logre identificar los restos.

El frente Ricardo Franco se separó de las Farc en 1982. El reconocido periodista caleño Raúl Benoit fue quien en su momento denunció estos asesinatos en masa.

En una entrevista a alias "Javier Delgado", presenció las torturas a los que eran sometidos los supuestos infiltrados del Ejército. En su libro Prohibido decir toda la verdad, relata lo sucedido.