Desprecio de Uribe a Santos genera más discordia

COLPRENSA | LA PATRIA | BOGOTÁ

La negativa del expresidente y jefe de la oposición, Álvaro Uribe, para sentarse a hablar con el jefe de Estado, Juan Manuel Santos, sobre el proceso de paz con las Farc, provocó más tensión en los sectores políticos que los respaldan.

Uribe respondió ayer a su sucesor, que es "inútil" que le invite a reunirse para trabajar en la construcción de la paz, como le planteó el mandatario en una carta, porque en su opinión lo que se busca es notificarle de lo ya acordado con la guerrilla de las Farc.

"Parecería inútil invitar a un diálogo para notificar lo resuelto. Cuando el crimen es campeón, el perdón y la reconciliación corren el riesgo de no ser sinceros y la paz sin justicia corre el riesgo de no ser paz", dijo Uribe en una carta de respuesta al presidente divulgada por su partido, el Centro Democrático.

En la misiva de Santos, hecha pública el martes, el presidente extiende una invitación "desde el fondo" de su "corazón" a Uribe, que gobernó Colombia entre 2002 y 2010 y es un férreo crítico del proceso de paz, para que "ayude" al Ejecutivo "con su indiscutible liderazgo y sin abandonar su independencia crítica".

Sin embargo, en su respuesta de ayer, fechada en Roma, donde está de visita, Uribe asegura que "ha sido dañino para la democracia que personas con notoriedad pública distraigan a los ciudadanos en el juego entre el insulto y el elogio, entre la acusación temeraria y la declaración magnánima".

Señaló que también es "dañino" que personas con responsabilidades públicas "creen confusión entre la indulgencia al narcoterrorismo en nombre de la paz y la represión al reclamo justo en nombre de la autoridad".

Por último, consideró negativo que esas personas "aparenten diálogo para claudicar ante el terrorismo e imponer a sectores ciudadanos, que expresan argumentos críticos, la adhesión a lo claudicado y ya consumado; sectores ciudadanos que añoran paz estable y sin riesgos para la democracia".

Reacciones

El coodirector del Partido de la U, senador Armando Benedetti, fue el primero en cuestionar la posición del jefe de la oposición, y en su tradicional estilo ‘pico’ el ambiente.

“Fue una sorpresa la carta de Santos a Uribe, pero no la respuesta de Uribe. Hubiera sido importante que Uribe estuviera en el proceso de paz, pero vamos a decirnos una verdad, si Uribe no está, no pasa absolutamente nada. El proceso de paz se ha desenvuelto sin él”, indicó el senador.

El senador y negociador en el proceso, Roy Barreras, también sumó sus críticas al senador Uribe. “Ojalá aproveche sus vacaciones en Roma para orar y escuchar la invitación a la reconciliación que ha hecho el papa Francisco”, declaró.

En las filas del Centro Democrático no demoraron en responder. El representante a la Cámara, Álvaro Hernán Prada, sostuvo: “En la respuesta del expresidente Álvaro Uribe Vélez a carta de Santos, podemos ver la diferencia entre un patriota y un traidor. Firmes con usted, presidente Uribe”.

Su planteamiento empezó a ser replicado por todos los congresistas del Centro Democrático, que en la red de Twitter emplearon una etiqueta con una palabra de la carta de Uribe a Santos, “dañino”.

Por ejemplo la senadora Paloma Valencia, escribió “#SantosDañino tan falsa era la carta de Santos que @AlvaroUribeVel tuvo q leerla en medios. Era un show para la prensa”.

Incluso señaló que el presidente Santos se “ha reído, insultado, estigmatizado, perseguido y maltratado la oposición durante años y con una carta posa de magnánimo”.

Antonio Navarro, senador de la Alianza Verde, sostuvo que era previsible que Uribe le diría no a la propuesta de Santos, y consideró eso como perjudicial para el proceso final de paz.

El senador liberal, Juan Manuel Galán, se identificó en el mismo sentido, y señaló que es necesario que se den unos acuerdos mínimos entre ambos estadistas.

Desde el inicio de los diálogos de paz entre el Gobierno y las Farc hace tres años y medio, Álvaro Uribe ha dicho en varias ocasiones que en esas negociaciones el Gobierno ha cedido ante los reclamos de la guerrilla.