La razón que mantiene con vida y compromiso a cuatro uniformados parece una especie de milagro: en hechos aislados, escaparon de la muerte al caer en atentados de las Farc hace cuatro años atrás, para luego ser reconocidos como los primeros discapacitados bilingües de la Fuerza Pública, preparados en los Estados Unidos y dispuestos a enseñar a oficiales, suboficiales, soldados, infantes de marina y policías de todo el país.
Ninguno de ellos pensó en convertirse en docente, una opción que les exigió estudiar con dedicación y compromiso durante 18 meses para luego viajar a territorio estadounidense, perfeccionar su inglés y convertirse en los instructores de los cursos que dicta el Programa de Bilingüismo del Ministerio de Defensa en 47 unidades militares y policiales.
Según un informe entregado por la Dirección de Desarrollo del Capital Humano del Ministerio de Defensa, en los últimos seis años el programa ha capacitado a 4.198 personas entre militares, policías, familiares y funcionarios en ciudades como Bogotá, Cali, Medellín, Bucaramanga, Cartagena, Santa Marta, Barranquilla, Facatativá, Melgar y la base militar de Tolemaida.
Entre el 2007 y el 2012 un total de 27 militares y policías discapacitados por la explosión de minas antipersonal o ataques terroristas alcanzó el nivel internacional en inglés B2 (usuario independiente avanzado), grupo del que hacen parte el teniente Alejandro Pineda, el cabo segundo Víctor Manuel Vera, el intendente César Augusto Díaz y la subintendente Adriana Rodríguez.
“Fue un cambio total”: teniente Pineda
Una mañana de agosto del 2008, en la vereda Cafetales de La Uribe, Meta, el pelotón del teniente Pineda desarrollaba operaciones ofensivas contra el Frente 59 de las Farc. De repente, cuando se encontraban inspeccionando el campamento de los guerrilleros, una mina antipersonal le borró la pierna izquierda al oficial.
“Aunque en todo mi proceso conté con el apoyo de mi familia, tomar la decisión de ingresar al programa me ayudó a tener la mente ocupada. Entendí que debía cambiar roles, dejar de ser un soldado de guerra y convertirme en docente, una oportunidad que me permitió estudiar, viajar y aprender estrategias de enseñanza. Eso es un cambio total”, dice Pineda.
Y agrega: “el programa fue como recibir una nueva vida después de sufrir una pérdida tan grande como es una pierna, porque nosotros como militares, después de capacitarnos para defender el país durante el conflicto, ahora lo hacemos para enseñar, educar y mostrar que el militar también puede capacitarse y aportar así a la paz de Colombia”.
El oficial Pineda reconoce que desde niño no tenía interés por aprender una segunda lengua, pero “hoy en día me siento más útil satisfaciendo una necesidad que no pensé que existiera y me gusta ver que como nosotros estamos generando esa nueva cultura al interior de una Institución, el militar debe ser un líder íntegro, que pueda ser capaz de desempeñarse tanto en operaciones defensivas como en obras sociales”.
La segunda oportunidad del cabo Vera
Una opinión similar expresa el cabo Vera, instructor básico de inglés hace un año y quien perdió una de sus piernas en una operación de registro y control a un campamento del Frente 34 de las Farc, el 14 de julio del 2009 en el municipio de Urrao (Antioquia).
Ese día pensó que terminaba su vida como militar. “No fue fácil volver a empezar como excombatiente. Tienes que buscar la forma de servirle a la Patria desde otro campo y encontré en el inglés una segunda posibilidad de seguir cooperando en el Ejército”, confiesa Vera mientras reacomoda su prótesis por encima del pantalón.
Entiende que, en el futuro, la paz necesitará un grupo de hombres y mujeres dedicados a defenderla, “pero no hay que olvidar que como militares nuestra principal vocación es ayudar y como tal muchos de nosotros, militares y policías, podemos hacerlo desde la docencia”.
“Querer es poder”
El intendente César Augusto Díaz, quien en 2009 se dedicaba a la parte operativa en la Dirección de Antinarcóticos de la Policía, grupo dedicado a la lucha frontal contra el narcotráfico, en un ataque de las Farc perdió la movilidad de su brazo derecho. Sin embargo, durante año y medio se capacitó en inglés de manera intensiva con compromiso y motivación.
“El inglés me ayudó a darme cuenta de que no todo está perdido, que aún hay mucho que se puede aportar a mi Institución. Yo me dedicaba a la parte operativa y ahora estoy en un campo completamente diferente como es la enseñanza, aplicando los conocimientos que tengo con el personal de la Fuerza Pública; es una tarea difícil, en la cual se necesita igual o más compromiso que cuando se hacen actividades operativas en el área”, confiesa el intendente.
Y añade, que nunca es tarde para aprender una segunda lengua. “Le diría a todos los policías de Colombia y a los militares que querer es poder y que cuando uno realmente quiere lograr algo, lo primero que debe hacer es dejar de lado el montón de excusas y dedicarse a buscarlo con voluntad y sacrificio. Para mí, ser instructor es una experiencia maravillosa, es motivante, lo llena a uno de energía saber que alguien se está beneficiando de esto”.
En búsqueda de la paz
Una emboscada de las Farc en Silvia (Cauca) dejó a la subintendente Adriana Rodríguez con problemas de movilidad. Pero eso no fue impedimento alguno para que en 2009 fuera convocada a participar en el programa de instructores bilingües en inglés para la Fuerza Pública e inició su capacitación.
“Creo que la mayoría de colombianos tiene un programa de inglés guardado debajo de la cama o ha pagado algún curso. Aprender inglés no es solo eso, es tener constancia porque uno puede tener el mejor programa y si no lo usa no le sirve para nada. Lo importante es estudiarlo y trabajarlo”, dice Adriana mientras su clase de 3:30 p.m. hace el último ejercicio de la tarde.
“Nosotros hacemos parte de los policías y militares que desde aquí estamos buscando la paz y el desarrollo de nuestro país y eso nos permitirá ser profesionales en diferentes campos y hablar inglés nos abrirá muchas puertas al mundo”, agrega.
Mucho más que posconflicto
Dora Laverde, directora de Desarrollo del Capital Humano del Ministerio de Defensa, asegura que estos esfuerzos del Ministerio para fortalecer a los hombres y mujeres de la Fuerza Pública en el dominio de una segunda lengua están orientados a lograr las competencias que les permitan una mejor comunicación en espacios nacionales e internacionales.
Aclara, que el programa busca formar integralmente militares y policías para “cumplir con la misión constitucional, atender los diferentes retos que se le presentan a nuestra sociedad y para lograr cada vez un mejor desempeño en temas como cooperación internacional, operaciones de paz y atención de desastres”.
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