Cavernas, riqueza desprotegida

Un patrimonio maltratado y no reconocido. Rico, diverso. Son las cavernas, sistemas subterráneos que abundan en Colombia y que requieren mejor suerte.

La Asociación Espeleológica Colombiana dice que existen en el país 260 sistemas exocársticos.

Están regados por toda la geografía nacional: de Santander a Antioquia, pasando por Huila, Tolima, Boyacá, Cundinamarca; Cauca, Caquetá, Chocó, Córdoba, Guaviare, cerros y serranías de La Guajira, Meta, Nariño, Norte de Santander, Putumayo, Quindío, San Andrés, Valle del Cauca, Vaupés, Serranía del Perijá, Sierra Nevada de Santa Marta.

Con el concurso de Espeleocol y la Universidad Nacional se publicó el libro Cavernas de Santander Guía de Campo.

Yaneth Muñoz-Saba, investigadora de la Nacional y una de las autoras, comentó al periódico junto con otros investigadores y autores, sobre el estado y la importancia de estos sistemas.

"Son ambientes muy amenazados por la contaminación de fuentes de agua, el vandalismo, el turismo incontrolado, y la exploración artesanal de mármoles y calizas, obras de infraestructura, y la destrucción de los hábitat que los rodean principalmente por la tala de bosques", dice el libro.

Danilo Salas, biólogo y miembro de la Asociación, recordó la necesidad de educar al público "con el fin de lograr una conciencia social que conozca estos "huecos" como sitios de interés de conservación de los ecosistemas y a la par como sitios de interés turístico y lúdico, y que es responsabilidad de todos su cuidado y conservación".

El profesor de la Nacional Gustavo Rodríguez-Orjuela, va más allá: "La conservación de los sistemas subterráneos y de las aguas subterráneas que a futuro serán de gran importancia para el ser humano y que hoy en día están siendo contaminadas sin control".

Es que estos sistemas (cuevas, cavernas y grutas) son uno de los ecosistemas menos conocidos y más amenazados de la biodiversidad nacional, cuyo estudio ha sido adelantado casi que exclusivamente por la Universidad Nacional.

Riqueza
Aunque hace décadas hubo estudios, solo en las últimas décadas, dice la profesora Yaneth, se han realizado más investigaciones que comienzan a entregar información de las especies que habitan en ellas.

"Es de esperarse que un buen número de artrópodos y en general de invertebrados que se registran en las cavernas sean desconocidos para la ciencia". Se están registrando nuevas especies, como el escorpión reportado en la Cueva del Edén en Cunday, Tolima.

Mario Andrés Murcia, biólogo de la Asociación, cita que en las cavernas habitan muchos animales que dependen de estas para vivir, son troglobios. "Presentan adaptaciones especiales para vivir en la total oscuridad. Habitan generalmente en la zona de profunda".

Los más comunes, entre muchos otros grupos de invertebrados, dice, son: ciempiés gigantes y venenosos conocidos como escolopendras; milpiés de mediano tamaño pero igualmente venenosos del grupo Scutigera spp.; arañas migalomorfas de varias especies del mismo grupo de las tarántulas; varios grupos de arañas cazadoras; insectos como grillos de antenas con tres veces y hasta más la longitud de su cuerpo, que en algunas ocasiones se pueden escuchar cantar en las zonas de transición de poco luz a oscuridad. Poblaciones de peces del bagre o pez gato Trichomycterus sketi.

Esto sin contar animales que hallan en las cavernas su refugio único, como ciertos murciélagos insectívoros y los conocidos guácharos.

Unas estructuras ricas en vida e importantes desde distintos ángulos.

"A pesar de estos estudios esporádicos que se han realizado y el interés puntual de algunas instituciones es evidente el desinterés de este tema en la política ambiental colombiana. En el Sistema Nacional de Áreas Protegidas de Colombia en donde se tienen identificados 56 ecosistemas, dentro de estos sólo referencian al Parque Nacional Cueva de Los Guácharos, lo que los hace invisibles ante cualquier daño que sufran como patrimonio natural", resume la profesora Yaneth.

Como tampoco hay una legislación específica que los proteja, la desprotección es total. Y grave.