"Al Gobierno le alegraron los oídos hablando de acuerdos de paz"

Estefanía Colmenares H.

COLPRENSA | LA PATRIA | Cúcuta

En las últimas semanas el expresidente Álvaro Uribe Vélez ha demostrado abiertamente su interés en participar, desde una nueva fuerza que ha llamado Puro Centro Democrático, en la contienda política del 2014 a través de un candidato que represente sus ideas. El fin de semana, Uribe –principal opositor del actual gobierno– llegó hasta la frontera para protestar contra lo que él llama “la dictadura chavista”, de la que asegura, cada día se parece más a Cuba. La Opinión habló con él sobre sus aspiraciones políticas, el momento que vive el país y la situación que atraviesa la frontera.

Unidad

-El partido de la U, a través de Roy Barreras, se alineó la semana pasada con el Presidente Juan Manuel Santos, ofreciéndole el apoyo a su eventual reelección. ¿Significa que usted está sin partido político para hacerle oposición a Santos?

Las ideas necesitan alma popular, pero no están supeditadas a que las organizaciones políticas las apoyen. Nosotros hemos hecho una serie de comentarios y análisis sobre aspectos preocupantes de la situación del país y seguiremos haciéndolos. Además, le hemos propuesto al país ese equilibrio que se necesitan entre la seguridad, la inversión y la política social, que es un equilibrio de puro centro democrático, todo eso enmarcado en un Estado austero y cercano a la ciudadanía. Estamos buscando una gran coalición de sectores independientes, sectores sociales, diferentes partidos, que nos apoyen, porque ese es un equilibrio necesario.

-¿Se siente traicionado por sus amigos del Congreso?

La gobernabilidad en los ocho años en nuestro gobierno surgió de nuestra integración permanente con el pueblo y eso, de alguna manera, favoreció al Congreso. Ahora ha ocurrido una cosa que le puede hacer mucho daño a Colombia: se hizo una alianza de mutuos favores entre el Gobierno y el Congreso y eso termina causando rechazo popular. Cuando la gobernabilidad se busca por muchos favores entre ambos, se pierde la noción de la base popular de la Nación y la gobernabilidad termina mal. Creo que hoy el país está viviendo eso que cosecharon en los últimos dos años.

-¿En ese tema de favores mutuos entraría la reforma a la justicia?

Puede ser. Creo que con el tema de la justicia se deben tener unos consensos mínimos que se necesitan en una democracia. Por ejemplo, que toda la gente deba someterse a las mismas normas de justicia. Colombia debería buscar un consenso, pero no en la cumbre de las instituciones sino un consenso con base popular para buscar cuáles ajustes hay que hacerle a la justicia. Por eso en el discurso dije que debe haber un gran acuerdo promovido por el Gobierno, donde estén las instituciones y también los promotores del referendo y de la constituyente. Creo que esos son temas a los que puede dedicarse el gobierno en los dos años que le restan. La justicia tiene que ser objeto de un alto nivel de consenso y con una alta participación popular.

-En una reciente entrevista el senador Juan Manuel Corzo dijo que usted y el Polo Democrático fueron dos de los actores que pescaron en río revuelto a propósito de la Reforma a la Justicia. ¿Qué le responde?

No tengo nada que decir ante eso. Es a esa ciudadanía a la que hay que responderle.

Ideas políticas

-Usted ha dicho que Puro Centro Democrático no va a ser un partido sino un movimiento. ¿Cuál será la estrategia para que sus ideas políticas se impongan en el 2014?

Aspiramos a que haya muchos sectores independientes, ese país nacional del que hablaba Gaitán, de estudiantes de empresarios, de trabajadores, de organizaciones políticas y sociales que quieran participar. Hay algo que explicar del puro centro democrático y tiene que ver con los tres huevitos de los que nosotros hablamos. Cuando un gobierno promueve la seguridad y la inversión le dicen que es de derecha, equivocadamente; cuando promueve la política social le dicen que es de izquierda, equivocadamente. Se necesita la promoción de los tres elementos. Si se hace énfasis en uno de estos puntos pero se descuidan otros, la ecuación se desequilibra y fracasa. Yo creo mucho en ese gran equilibrio, que fue lo que procuramos dejar como semilla en nuestro gobierno.

-¿Se arrepiente de haber nombrado a Santos ministro de defensa y después de haberlo apoyado en su candidatura?

Yo confío mucho en los seres humanos y esto que me veo obligado a hacer, de estar en esta actitud crítica, no habría querido hacerlo. Lo hago porque siento compromiso por Colombia. Cuando venía en el avión le decía a Plinio Apuleyo que yo tengo memoria desde la elección del doctor Alberto Lleras en 1958 y creo que nunca en Colombia había pasado lo que se dio en la elección del gobierno del presidente Santos, un gobierno en cuya elección fue tan determinante el anterior. Y tampoco había habido en Colombia un porcentaje tan alto de votantes que llegó a las urnas pensando en un símbolo, eso que yo llamaba los tres huevitos.

-Si tuviera una bola de cristal para saber cómo iba a ser el gobierno de Santos, ¿hubiera votado por Mockus?

Hay que pedirle a mi Dios que nos deje ver la bola de cristal hacia el futuro para no equivocarnos, para que Colombia no se equivoque.

Los huevitos

-De esos tres huevitos, ¿cuál es el que más ha descuidado el Gobierno de Santos? Uribe contestó que "al Gobierno le alegraron los oídos diciéndole que iba a hacer un acuerdo de paz con las Farc, se puso a calcular el acuerdo con el terrorismo, se olvidó de la seguridad y este frente se nos ha afectado mucho. El gobierno anterior –que fue tan determinante en la elección del actual– fue un gobierno austero, de reducción burocrática, y este gobierno ha sido derrochón, de gran crecimiento burocrático y suntuario, un gobierno de pompa, de ostentación"

"A mí me da mucha tristeza que Colombia dio una impresión de nuevo rico en la cumbre de Cartagena. Necesitamos un gobierno austero, cercano al pueblo. No he podido entender, por ejemplo, el cambio que dio Santos al pasar de ministro a presidente en lo que tiene que ver con la política con Venezuela. No he podido entender por ejemplo, el desprecio del Gobierno por el mar de Nicaragua. Hace un siglo algunos gobernantes en Bogotá dijeron: olvídense de Panamá que eso es un pantano, y se perdió Panamá, que era la joya de la corona. Por allá a principios del los años 50, un alto funcionario dijo: para qué los Monjes, esos son unas piedras que sobresalen del mar. Y ahora se quiere decir: para qué el mar de San Andrés. Hay mucho desprecio por porciones del alma colombiana".