Costureras del barrio Samaria de Manizales confeccionan su futuro

Hace diez años llegaron al barrio Samaria, de Manizales, familias evacuadas por la ola invernal y con la necesidad de pagar sus deudas. Se vieron obligadas a pedir ayuda al padre Fabio Mejía, del barrio Palermo, quien les oyó el clamor y en una homilía pidió a los fieles que les regalaran máquinas de coser que no usaran en sus hogares.
En total se recogieron veinticinco aparatos que les sirvieron para formar el grupo de costureras. A ellas el Sena las capacitó en confección y mantenimiento de máquinas.
La primera producción fue: sobrecamas, coge ollas y delantales, que la comunidad de Palermo compró convirtiéndose en padrina de la naciente empresa. De allí salió la primera oportunidad de negocios con el empresario Manuel Ramírez del supermercado Merca Plaza de la Alta Suiza, quien les mando a hacer 200 delantales para él vender. Luego les sugirió que hicieran bolsas para empacar productos.
Hoy, aunque su trabajo es intermitente, están desarrollando bolsas para empacar regalos, joyas, calzado, anchetas, ropa y cosmético con la asesoría de María Victoria Giraldo, una paisa que vive en Palermo y se enamoró del proyecto. La señora Giraldo también las ha capacitado en control de calidad.
Esta empresa, afiliada a la Cámara de Comercio, está a la espera de pedidos del bolsas ecológicas del supermercado, para empacar mercados, y así contribuir con el medio ambiente. Cuentan con máquinas industriales y fileteadoras que funcionan en los bajos de la casa de doña Ana María Bañol, alma y nervio de este proyecto.