Julián García*
LA PATRIA I Manizales
Los proyectos ambientales y productivos desarrollados en los municipios de Córdoba, Filandia, La Tebaida y Calarcá (Quindío) llamaron la atención de 10 periodistas del Eje Cafetero y el Valle, quienes por tres días participaron de un taller de cambio climático y conocieron cómo este departamento le apuesta a reducir la huella de carbono y a cuidar el ecosistema.
La capacitación la dictó la organización Fondo Acción, que lleva 25 años con programas de Cambio climático.
El especialista en comunicaciones David Fayad cuenta: “El taller de periodismo del Quindío es pionero en el país y el periodista de región es un aliado para poner sobre la mesa los temas de cambio climático”, anotó.
Los periodistas recorrieron una parte de la finca La Rivera, entre Salento y Filandia (Quindío), donde hay sembradas 300 hectáreas de bosques. Allí los recibió el joven Esteban Gómez, estudiante de octavo semestre de Biología de la Universidad EAFIT, de Antioquia, y quien pertenece a la tercera generación de los Gómez.
Les contó que con la muerte del abuelo Alfonso, la segunda generación cogió las riendas del negocio familiar, pero estos no supieron administrar bien la fortuna y la dilapidaron. Ahora, los más jóvenes, entre ellos Esteban, se empeñaron en hacer más productivas y sostenibles estas tierras: idearon adecuar un hibernadero de flores y además la energía eléctrica que consumen proviene de paneles solares y de eólica.
En La Rivera hace mucho frío, en un día promedio la temperatura puede bajar hasta los 7 grados celsius y se respira aire puro. Esteban dice que destinaron 45 hectáreas de terreno para la ganadería regenerativa y ofertan además turismo científico y de aventura. Esteban aprovecha las vacaciones de mitad de año para ayudar en la finca, observar pájaros y narrar historias.
Juliana Jaramillo muestra cómo es una compostera que remplaza al sanitario y no vierte desechos.
Por pasos
El primer día del taller visitaron el Jardín Botánico del Quindío, donde Luisa Fernanda Guevara, contratista de Acción Climática del Quindío, les contó que su departamento está sembrando 60 mil árboles en mil 700 hectáreas, para cuidar y conservar las fuentes hídricas.
Escucharon a Abel Mauricio Jaramillo, gestor de Eficiencia Energética de la Empresa de Energía de Pereira, quien les comentó de unos proyectos con energías renovables.
Adecuación de 30 mil paneles solares en puntos estratégicos de Pereira, 6 estaciones de recarga para autos y motos eléctricos, la electrolinera del barrio Cuba y la Granja Solar Belmonte en la vía a el Pollo, que es la primera en su género construida en ladera de montaña.
Esta granja entró en operación el año pasado, con 15 mil paneles solares y genera 10 gigavatios al año para abastecer a unos 17 mil usuarios.
Productos varios elaboran Libia y Deisy Hernández en su empresa Kakataima.
Voces
El comunicador Hernán Darío Jaramillo de la Corporación Autónoma del Valle (CVC) expresa que la capacitación le dio la oportunidad de visitar algunas experiencias climáticas. Por su parte, Fernanda Muñoz, del Jardín Botánico, dijo aprender más sobre biodiversidad.
El segundo día del taller recorrieron tres experiencias que han ayudado a mitigar en parte la huella del carbono, el calentamiento global y la deforestación en el Quindío.
Una de ellas fue en la parcela Kakataima en la vereda Travesías en Córdoba (Quindío), donde las hermanas Libia y Deisy Hernández mostraron de qué se trata la famiempresa Kakataima, de elaboración de arepas de maíz común y tortas de granos, que cosechan en su parcela de dos hectáreas. Producen también chocolate y café orgánico y plátano, cacao, maíz y café.
Usan técnicas agroecológicas, como abonar con los mismos desechos de la finca, dejar el rastrojo que oxigena el suelo y aporte nutrientes y fumigar con compuestos orgánicos. En cambio sus vecinos emplean fungicidas y pesticidas y esto les preocupa. “Ahora sí le están poniendo cuidado a la producción limpia, porque los agroquímicos están muy caros y lo natural puede ser útil para el resto de campesinos del sector”, dice Libia.
Esteban Gómez, de la finca la Rivera de Filandia.
Experiencias
Su emprendimiento resuena de muchas formas en la vereda Travesías. En la famiempresa trabajan cuatro señoras de la vereda, de miércoles a sábado, y lo que producen lo comercializan en Córdoba, en Armenia y en veredas vecinas. “El 80% de las abejas de la vereda han ido desapareciendo por el uso de los agroquímicos”, anotó Libia.
En el corregimiento de Barcelona (Calarcá) los técnicos del Jardín Botánico explicaron sobre los corredores ambientales, que son franjas de terreno cedidas por los ganaderos de la región y en las que hacen reforestación.
En una loma de este corregimiento, un grupo de finqueros ha adecuado seis de estos corredores. Uno de ellos, busca conectar los ríos Quindío y Verde, hoy en día desconectados por las praderas en las que pastan búfalos, reses y caballos. Allí pretenden plantar 22 mil árboles.
El ganadero Luis Alfonso Escobar cedió ocho hectáreas de la finca El Darién para el proyecto de reforestación y quiere ir más allá.
Además de reforestar, ha decidido aplicar técnicas más sustentables para su hato, en lo que llama “regenerativa” , que no es invasiva y es amigable con la naturaleza.
Escobar sueña con traer turistas a la vereda Calle Larga de Calarcá para que vean y escuchen a los monos aulladores y las aves mañaneras, que han comenzado a regresar a su predio. En ese sector de Calle Larga están jugados por la sostenibilidad.
Juliana Acosta Jaramillo, de la finca La Morena, quien promovió la creación de estos corredores biológicos y también tiene un modelo de ganadería regenerativa, lleva años trabajando por aplicar una forma de vida que disminuya su impacto en las emisiones de carbono a la atmósfera.
Acosta y su esposo, Andrés Saffón, levantaron una casa ecoamigable de guadua, material abundante en el sector y mano de obra local. La construyeron con paredes de esterillas recubiertas de cemento, tienen baño seco (funciona como una compostera y posee un calentador solar.
*Taller de periodismo y Cambio climático de Fondo Acción.
Vivienda rentable
La vivienda ecoamigable es de dos plantas y cuatro habitaciones, con cocina y área social. La construcción duró seis meses. Maneja eficiencia energética, recoge las aguas lluvias, no verte aguas negras y edificarla costó 250 millones, 50% menos que una convencional.”
Participaron Hugo Mantilla, Carlos Enrique Rincón, César Guapacha, Juliana Jaramillo, Fernanda Muñoz, Hernán Darío Hernández, David Fallad y Lorenzo Morales.
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