En el colegio San Gerardo María Mayela (Norcasia) la clase es para aprender de serpientes

Laura Sánchez

LA PATRIA | MANIZALES

El lunes comenzará en el colegio San Gerardo María Mayela de Norcasia una clase sobre serpientes y no será la primera para Luisa Fernanda Ibarra. Ella, de grado once, ya ha estudiado con su papá sobre las especies de serpientes en su municipio.

Su papá que es empleado de Isagén se ha tenido que formar en este conocimiento dada la cantidad de especies que existen en el oriente caldense. “Me parece muy interesante el curso porque tenemos muchas variedades y algunas son muy peligrosas y es muy común encontrárselas en caminatas ecológicas. Es bueno saber, por ejemplo, que no hay que molestarlas”, expresa Luisa. Con su papá ha aprendido que no se puede asesinar a ningún animal, que incluye a las serpientes.

Detrás de estas clases está el profesor Emilio Henao, para quien estas clases son vitales para vivir en Norcasia y vivir en armonía con la naturaleza. Es el responsable de las áreas de física, biología y ecología.

“Buscamos la comprensión del entorno para que el ser humano viva en mutualismo con el medioambiente. Quiere decir que la población de Norcasia convive con unas 80 especies de serpientes como la boa y la mapaná”, explica el docente.

Él quiere que el conocimiento se comprenda directamente con el reconocimiento del entorno rural y urbano. “Esto nos obliga a formar a la población estudiantil sobre las serpientes y hacerlo con Corpocaldas y el Serpentario Nacional de Colombia. Que sepan que tipo de especies hay y señalizar las vías con información de las serpientes y garantizar corredores biológicos para ellas”.

“Queremos que se vuelva cultural, que la comunidad las conozca y las cuiden”. Emilio Henao, profesor de Norcasia.

Acompañamiento profesional

El director del Serpentario Nacional de Colombia, César Quiroz, acompaña al Oriente de Caldas con la investigación y formación en serpientes. Su propósito en el colegio de Norcasia es la capacitación para reconocer a las especies de la región.

“Nos enseñaron del elefante y la jirafa y no de la biodiversidad que tenemos en Colombia. Lo que haremos hace parte de un programa que tenemos con Isagén en Norcasia, Victoria y Samaná. Es crear gente con conciencia, responsabilidad y sensibilidad ambiental enfocado en fauna silvestre”, indica Quiroz.

Estas personas, a su vez, serían replicadores de lo que suceda en sus entornos y serían las responsables de avisar a una autoridad competente sobre el avistamiento de una especie como Corpocaldas, Bomberos, Defensa Civil o la Policía.

Lo principal es romper con todas las prácticas nocivas contra la fauna. Lo hacen a través de los programas: No tienes que matar a todo lo que temes o desconoces, Utiliza el conocimiento como una herramienta de protección, conservación y paz con la biodiversidad, y Si no quieres serpientes venenosas no mates serpientes. De este último, Quiroz explica que hay comunidades que matan serpientes incluyendo a las que se comen a las serpientes venenosas.

“Todas las especies son importantes, pero las serpientes son aliados en los cultivos, por ejemplo en la India, Cuba y Colombia cuando han desaparecido las serpientes, las ratas acaban con los cultivos. Son controladoras de plagas. Además, son presa para muchas especies porque hay aves que se alimentan de serpientes y si estas desaparecen también lo harán las aves. Se rompe la cadena y se afecta el ecosistema”.

Agrega que también son cruciales en la producción de medicamentos como el captopril, hipotensor que se lo suministran a los pacientes que padecen presión alta. “Es una molécula de un veneno de una serpiente del Amazonas y como esta hay muchos ejemplos”, concluye.