Acuíferos garantizan el recurso hídrico

COLPRENSA | LA PATRIA | BOGOTÁ

“Necesitamos del agua para vivir, progresar y para ser felices”, dijo alguna vez Federico Basañez, exjefe de la División de Agua y Saneamiento del BID. Como él, han sido muchas personas las que han mencionado la importancia del líquido, pero la incredulidad de que algún día pueda extinguirse tiene al planeta ad portas de una fuerte catástrofe. Hoy las secuelas del descuido se hacen visibles y Colombia no se salva de los reclamos de la naturaleza.
Y es en vista de la situación que atraviesa la Nación y la escasez de agua superficial que el Estado busca alternativas para suplir las necesidades hídricas de las poblaciones. La hidrogeología, entonces, se convierte en protagonista por ser el único medio para solucionar de manera más rápida la poca oferta que por estos días hay del fluido.

Hidrogeología
La hidrogeología es la ciencia que estudia el agua que existe debajo de la superficie terrestre. Carlos Molano, presidente de Hodrogeocol S.A, asegura que más del 90% es aprovechable. Valle del Cauca, la Sabana de Bogotá y Santa Marta poseen mayor cantidad acuíferos, según estudios recientes. 
De este modo, las aguas subterráneas, que se convierten en el recurso hídrico más abundante de la naturaleza, requieren explotarse para suplir las necesidades de agua potable y riegos que tiene el país. Es indispensable preservar los caudales ecológicos para garantizar el disfrute de los bienes y servicios que brinda ese recurso.
“La escasez de agua se acentúa, siendo nuestro deber no solo preservar y restituir ecosistemas, sino mejorarlos. Las zonas de infiltración o de recarga natural, es decir de donde se abastecen los acuíferos, se han intervenido con la deforestación, la urbanización y el cambio de uso del suelo. Existen ciudades enteras como Santa Marta y las urbanizaciones de los cerros orientales que se construyeron en zonas de recarga natural de acuíferos”, agrega Molano.
Por esto, Alcides Hugget, experto en aguas subterráneas, afirma que para poder dar freno a la situación que se está viviendo, es necesario que el país tenga un mapa de hidrogeología, donde queden demarcadas las áreas más ricas en agua y el lugar donde se encuentran las fuentes potenciales de contaminación.

Acuíferos frente a desarrollo económico
Mucho se ha dicho sobre la batalla existente entre ambientalistas e industriales, la realidad es que, según lo indicó Alcides, la ausencia de ese Atlas hidrogeológico afecta las zonas.
Agrega, que el desarrollo de un país no se puede paralizar, porque existen recursos por explotar y una población que necesita dónde vivir.
“En el páramo de San Turbán, por ejemplo, toda la vida se ha explotado el oro y esto nunca ha afectado el agua de ese páramo. Es cuestión de estudiar y ver cómo se protege el agua superficial que es la que prima allí, porque entonces en ninguna parte del mundo habría desarrollo minero. Igual pasa con la explotación petrolera muy necesaria para el desarrollo económico del país”, dice Hugget.
En esto coincide Molano, quien está de acuerdo que existen muchas formas de desarrollo, a través de la minería, la infraestructura y el desarrollo urbano. “Siempre debe primar el agua y luego la parte suntuaria, sino se construye un gran hotel o centro comercial en zonas de acuíferos y luego les toca invertir muchísima plata para poder tener sus propias plantas de agua”, afirmó el presidente de Hidrogeocol.

Educación para enfrentar el problema
. Los malos cuidados de las ciénagas, humedales y rondas de los ríos son culpables de que el agua superficial no sea tan abundante como alguna vez lo fue, según Hugget.
. Él menciona que es importante que exista una legislación que regule más el cuidado y el uso que se le da a estas zonas. "El Gobierno debe tomar su rol y crear conciencia, fortalecer los institutos de investigación, meter allí personal capacitado, porque si no, vamos a estar avocados a situaciones peores”.
. Molano añade que además de la educación que es a mediano plazo, “se puede comenzar desde hoy con la reforestación de especies que retengan la humedad en el suelo, que ayuden a restituir y mejorar la capa orgánica, que prevengan la erosión, y muchas otras ventajas que finalmente redundan en beneficio del ser humano, del medio ambiente y de la vida”.