Una historia de amor en medio de la cuarentena

LA PATRIA | Manizales 

Ambos se conocieron en el punto de atención para los habitantes de calle en El Arenillo. Esta es la historia de María Cecilia Osorio y Alfonso Ardila.

Ella es misionera y él es pintor. Un mes de conocerse les bastó para tomar la decisión de casarse, ceremonia que se celebró ayer.

La historia de cómo llegaron hasta allí es diferente. Mientras que ella venía de Neira de una misión, no tenía dónde quedarse, pues su próximo destino era Bogotá, por lo que decidió alojarse con los habitantes de calle.

Alfonso, por su parte, trabaja en construcción y pintor. Llegó al resguardo de mera casualidad, tras un golpe en su cabeza fue que llegó allí.

Ninguno de los dos es habitantes de calle, pero fue amor por Dios quien los unió, como manifiestan.  

“No es lo que uno tenga en la agenda sino lo que Dios tiene para uno en el camino”, dijo la mujer, que ahora tendrá con quien predicar la palabra. “Cuando la vi por primera vez, María venía con una maleta y se veía que estaba desolada. Ambos llegamos acá por casualidad. Ese día yo estaba trabajando, tuve un golpe y caí en la calle”, recordó Alfonso sobre su encuentro.

Ardila, quies es viudo y fue seminarista, afirma que lo mejor que le ha sucedido en la vida fue conocer a María, en lo que ahora será una vida predicando juntos.  

Juan Erges, un habitante de calle y quien estudió ocho meses para ser sacerdote, fue el encargado de dirigir la ceremonia simbólica.

Carla Sánchez, profesional en Desarrollo Familiar, de la Secretaría de Gobierno de la Alcaldía de Manizales, manifestó: “La actividad que desarrollamos hoy fue para celebrar el amor. Durante esta atención que se les da a los habitantes de calle que encontramos en Manizales durante la emergencia, ellos han sido una pareja muy significativa, ya que han apoyado a sus compañeros en estos momentos tan difíciles, pues ninguno tiene a sus familiares cerca. Este es un mensaje de reflexión y aliento”.

Con información de la Alcaldía de Manizales.