Teatro que nace de la comunidad

JOSÉ FERNANDO TANGARIFE

LA PATRIA | MANIZALES

El grupo de teatro y títeres La Pelota Amarilla, de Manizales, está integrado por jóvenes de la vereda La Aurora y diferentes sectores de la ciudad. Los ensayos los realizan los sábados en la Escuela La Aurora, pues no cuentan con instalaciones propias, desde las 9 de la mañana hasta las 4 o 5 de la tarde.

El grupo se formó hace ocho años bajo la direccíon de Lukas Duque. Las familias de los jóvenes gestionan los recursos y no reciben apoyo de ninguna entidad. Trabajar con dinero propio es difícil, pero les complace ver la autogestión comunitaria. No trabajan por la comunidad, sino con esta, como señala Duque: “Esto es un proceso de teatro con la gente. Tratamos de hacerlo de la mejor manera. Mostramos que no todo lo comunitario tiene que ser de trapo, ni mal hecho, ni mal montado. Revindicamos estos procesos y demostramos que las cosas se pueden hacer bien, con dignidad”.

Además de un grupo de teatro, los integrantes del grupo tienen un cineclub que recibió hace poco un estímulo como Mejor Proceso Audiovisual Académico de la Secretaría de Cultura de Caldas. “Ganamos con un cortometraje sobre el proceso académico del cineclub”, agrega Duque.

La cartagenera Ana Elvira Mejía Aviles, de 26 años. Cursa quinto semestre de la Licenciatura en Artes Escénicas, de la Universidad de Caldas. Conoció el grupo La Pelota Amarilla durante una presentación de la obra Espera Esperanza. “Desde ese momento, decidí ser actriz y titiritera del grupo. Valoro la labor que hacen los jóvenes y el deseo de trabajar comunitariamente. Veo el teatro como un proceso de formación con lo jóvenes, como una escuela de vida”.

Ricardo Castro Galeano, de 16 años, se unió al grupo hace 6 años. Vive en la vereda La Aurora desde niño y planea estudiar Artes Escénicas o Artes Plásticas cuando termine el bachillerato. “El grupo es una familia, es muy unido. Si en ocasiones estoy mal financiera y anímicamente, el grupo está ahí para ayudarnos. Me apasiona lo que hago”.

Amarú Franco Puerta tiene 16 años y estudia en el colegio Leonardo Da Vinci. Se vinculó hace siete meses al grupo de teatro. “Me gusta la fuerza que tenemos entre todos. Lo hacemos por nosotros, para nosotros y por diversión. Creo que el sentido del grupo es hacer teatro por amor, porque nos gusta”.

Johan Camilo Arias López, de nueve años, está en el grupo desde enero de este año. Estudia en el colegio Adolfo Hoyos Ocampo y vive en la vereda la Aurora. “Estoy en el grupo, porque es una forma alternativa de no tenerle miedo a las cosas. Me encanta hacer teatro, me gustaría seguir con esta profesión cuando termine el colegio”.