Se juegan la vida por falta de oportunidades

MANIZALES | LA PATRIA

"Sí, he robado. Pero lo he hecho por necesidad. Aunque a veces los parceros influyen", expresa Fabio*, uno de los integrantes del 'parche' La Vaga, de Comuneros Uno. Como él, más o menos 30 jóvenes se paran en la esquina del barrio para ver qué pasa en el día. "Nos parchamos ahí para ver qué resulta".

Él apenas tiene 22 años, pero ha vivido más de lo que uno puede imaginarse. Desde muy pequeño trabajaba cuando salía de estudiar para ayudar a mantener la casa.

Al preguntarle sobre su madre, responde que tiene 50 años y que le amputaron las piernas por un accidente. Al inquirir por su padre, duda un momento, mira al cielo y responde: "no me acuerdo bien de él, nos abandonó cuando yo era pequeño, por eso trabajo desde niño para ayudarle a mi mamá".

Es un convencido de que si les dieran oportunidades la historia sería distinta. "Uno muchas veces hace lo que le toca y no lo que desea", dijo.

¿Y qué desea?, muchas cosas, responde. Se arrepiente de no haber culminado su bachillerato y dice que si la vida le diera una segunda oportunidad, otro sería el cuento.

No son pandillas

En el "juego" de grupos de jóvenes, el intendente de la Policía Comunitaria Iván Benjumea asegura que no se trata de pandillas, sino grupos vulnerables y en los que influye la drogadicción. "Una pandilla defiende ideas filosóficas, mantienen líderes visibles, defienden una causa, justa o no. Estos muchachos son 'pelaos' que tienen problemas familiares, económicos, problemas con la droga, y se cuidan entre sí, y así mismo se atacan. Pero lo que necesitan es ayuda y oportunidades", indicó el intendente Benjumea.

Probablemente Fabio se escuda en esa falta de oportunidades para contar la experiencia de su primer atraco. "Uno siente una adrenalina, y se decide en cuestión de momentos. Me metí a una casa en San Cayetano con un amigo y me robé un portátil, lo vendí y con eso pagué facturas". Expresa que atracaba al que "diera papaya", llevado por el dicho que la "necesidad tiene cara de perro".

"Esas mañas ya las dejé, porque quiero ser un muchacho de bien. Como me dijo una vez mi mamá: a veces es mejor aguantarse el hambre, antes de ir a parar en una cárcel", indicó.

Los que son y el territorio

De Villahermosa siempre se habla de tres combos: los del Plan, Arcolinda y Ángeles de la muerte. De Comuneros se mencionan dos: Comuneros uno, más conocidos como La Vaga, y Comuneros dos.

Mucho se dice de los límites territoriales. De hasta dónde hay permiso de llegar y hasta dónde otros pueden ingresar. Al respecto, Fabio explica que esos territorios son barreras imaginarias, pero "uno sabe hasta dónde llegar para que no den bala o cuchillo, es mejor ser prevenido". Eso lo llaman las autoridades las fronteras invisibles.

Al cuestionarle quién delimita esos territorios, el joven expresa que nadie, "es algo que viene desde otras generaciones y uno se lo cree y vive con eso. A veces es porque los de arriba (Comuneros 2) pactan peleas con nosotros, entonces uno se llena de rabia y defiende lo suyo".

Al respecto, el intendente Benjumea dice que eso es más un aspecto psicológico que físico. "Esos territorios se los creen los muchachos y son tan poderosos que se esparce en la mentalidad de todos los habitantes del barrio", indicó.

Así los ven

María es una señora que trabaja cerca del reconocido Plan de Villahermosa. Como habitante del sector asegura que siempre están llenos de miedo y que más que acostumbrarse a vivir al lado del peligro con los enfrentamientos de los grupos, les tocó resignarse. "Uno quisiera que eso no se diera más, pero no hay plata para moverse de aquí", dijo.

La mujer mira a un joven que no cumple ni los 18 años. Tiene el cabello teñido de rubio, viste una camiseta morada y un yin ancho color azul. Cuchicheando, María expresa: "Ese es más malo. Ahí donde lo ve hace menos de cuatro meses le montaron pelea en aquel andén (lo señala) y con un machete le cortaron tres dedos de una mano".

Otra señora que pasó por el lugar indicó que "mientras uno esté parado aquí cualquier cosa puede pasar. Por la noche es cuando más bala se escucha, eso sí, la cosa ha estado más calmada que en otras épocas, probablemente porque hay unos 'duros' que están en la cárcel".

Según ellas, la Policía es de gran ayuda en el barrio, pero la autoridad de los grupos de muchachos es tan fuerte que no los respetan. "Me ha tocado ver cuando traen al CAI a alguno de la bandita, llegan los compinches a tirar piedra y a romper vidrios para que lo suelten. Una vez me tocó ver a varios intentando tumbar una de las patrullas de la Policía con tal de no dejar sacar al amigo del barrio", indicó María.

De la Administración Municipal, ambas piensan que se hace lo posible, aunque les gustaría que en el CAI se mantuvieran más policías, para ver si se puede lograr un mayor control.

Un soñador más

Jaime* es un muchacho alto y delgado. Tiene 21 años, y desde hace cinco pertenece a la barrita de el Plan. "Empecé a frecuentar un grupo de amigos que se parchaban en la esquina a fumar marihuana y a mirar qué hacer. Hasta hoy todo sigue igual, a diferencia de que hemos perdido muchos parceros en peleas y calenturas. Uno se cansa de esto, sentimos que todo el tiempo le buscamos males al cuerpo", indicó.

Parece un joven tranquilo, pero como él dice está lleno de problemas. Es devoto y prueba de ello es la camándula que le regaló su mamá, y afirma que se encomienda a la Virgen siempre que hay que hacer una "maldad".

Igual que Fabio, dice que les faltan oportunidades para regenerarse, pero que ha notado disposición de la Administración y la Policía para ayudarlos. "Nos prometieron ayuda con las libretas militares y con clases para conseguir trabajo, ojalá cumplan", sentencia.

Desde la administración y la Policía Comunitaria

Según el secretario de Gobierno, Mauricio Franco, la idea es brindarles a estos jóvenes una oportunidad de estudiar y de que consigan la libreta militar para que accedan más fácil a trabajar. "Súper de Alimentos se ha unido a esta causa, el Sena y People Contact han aportado su granito de arena para hacer realidad los proyectos", dijo.

Franco expresó que ya tienen en su poder un documento de grupos de la comuna Ciudadela del Norte, en el que se incluyeron objetivos, necesidades, beneficios y conclusiones, lo que les permitirá de manera más efectiva saber lo que ellos quieren, además de que demuestra el compromiso, el respeto y las ganas de los muchachos para cambiar.

Agregó que esta vez hay más compromiso de la Alta Consejería de Paz y Convivencia Ciudadana, que se encargará de diseñar unas buenas políticas públicas.

En cuanto a pactos de paz anteriores significativos entre los grupos y la Administración, Franco dijo que no se habían logrado porque unos jóvenes querían el cambio y otros no, pero tiene la confianza de que esta vez las cosas van a ser diferentes.

El intendente Benjumea afirmó que la Policía Comunitaria hace todo el esfuerzo para que los muchachos se inscriban al Sena, bien sea en las clases que se dictan en el barrio, o en las tecnologías que son en las instalaciones de La Enea. Ambos ofrecen certificación del plantel educativo. "Como nuevo proyecto se quiere gestionar con la Administración la posibilidad de brindarles el transporte desde el barrio hasta el Sena, para que no saquen excusas y tengamos un número menos de deserción", indicó. Aunque según él, de 300 inscritos, el 60% se certifica.

La lucha de "Care"

"Care" es un líder dentro de los cinco grupos. Un líder para bien. Él ha vivido siempre en Villahermosa y se ha apropiado del tema de los muchachos. Una mujer le "enderezó" la vida, y así como él pudo, quiere ver crecer a sus muchachos con sueños e ideales.

Realiza actividades deportivas con los jóvenes e intenta mediar entre los grupos, para dejar de lado las rivalidades, que según él, a veces ni se entienden.

Sueña con hacer un comedor para los niños de Comuneros y con que le arreglen la cancha de fútbol, "Mantener a los muchachos ocupados es muy importante, así que si me ayudan con eso sería una bendición", indicó.

Aseguró que todos son buenos muchachos, que lo único que necesitan son buenas oportunidades, porque quieren cambiar.

*Nombres ficticios por petición de las fuentes.