LA PATRIA | MANIZALES
La desconfianza que tenemos los seres humanos con políticos, educadores, médicos y demás no es un asunto de ética específicamente, sino el no reconocer los conflictos que ya están identificados.
Así lo manifestó Alfredo Vélez, director del Departamento de Humanidades de la Universidad de Manizales, en el Foro interno ética y responsabilidad social que contó con la participación de estudiantes.
Vélez explicó por medio de un ejemplo a qué se debe el problema de la desconfianza: "El sueño de las escalinatas, de Jorge Zalamea, muestra todas las miserias que tenemos, pero también la necesidad de reconocer nuestra condición contrahecha, como decía el autor. Mientras no se reconozca al otro, difícilmente seremos incapaces de reconocer las contradicciones de nuestra sociedad".
Romper desde la educación
Dijo Vélez que espacios como el Foro sirven para que los sujetos aborden los problemas del país en vez de apartarlos y generen al menos una reflexión. Indicó que solo así se tiene la posibilidad de la utopía y la acción para reivindicar las situaciones de conflicto.
"En la cultura actual, que es light, donde el hombre es la medida de todas las cosas, no existen criterios ni verdades. Solo existen certezas cuando se genera la posibilidad de encontrar la verdad de las cosas, no para que se convierta en un dogma, sino para reconocer los hechos contradictorios que vivimos y buscar la salida".
Sujetos sin ética
Sobre la corrupción en el país, explicó Vélez que se debe a la falta de ética de los sujetos que están en el poder, porque no respetan el dinero público y se apropian del mismo.
Aseguró que la ética por sí sola no resuelve estos problemas, por eso, la necesidad de primero reconocer las contradicciones de la sociedad.
"La ética no puede ser el paraguas para resolver todo. Debe existir un aprendizaje continuo y una educación permanente para rechazar una sociedad que todo lo acepta", sugirió.
Dijo además que no se puede ser intolerante frente a la barbarie de los sujetos que cometen crímenes, porque lo que se hace es eludir las responsabilidades.
Replantear el discurso
Vélez agregó que si el discurso de la ética que dan en las escuelas y colegios es el que habla de lo bueno y lo malo, y donde los docentes predican arroparse con los valores, pero todo está amañado, se debe replantear.
Dijo que debe ser un discurso argumentativo y dialógico que se refleje en los actos cotidianos y en el comportamiento de los sujetos, además de la apropiación del concepto de vida, que es respetar a los demás.
Mencionó que el problema en las universidades es que están formando bárbaros ilustrados que son los que saben de su profesión, pero desconocen todo lo que ocurre en el mundo con el arte, la política, la literatura y demás áreas.
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