MARTHA LUCÍA GÓMEZ
LA PATRIA | MANIZALES
El Foro Ciudadano de la Universidad Nacional, como trabajo cívico en el que participan ciudadanos y expertos, convocado por la Asociación Cívica Centro Histórico de Manizales, dio su primer fruto.
Sacó unas recomendaciones sobre el modelo de ocupación del Centro Histórico (CH), que esperan alimente el proyecto de acuerdo sobre el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) que debe radicar este año la Alcaldía en el Concejo.
La Asociación considera que proteger el CH es hacerlo también sobre la salud ciudadana y la autoestima individual. "Allí se muestran orondos nuestros valores sociales hacia los otros, a la historia, nuestra educación y destino. Cuando la calidad de vida de sus habitantes y visitantes se deteriora, se pierde es el rumbo de la ciudad y su capacidad para comprender su devenir".
Plantea que el CH requiere de nuevos instrumentos de protección y ve en la planeación urbanística la ruta para garantizar su conservación y proyección por medio de la regulación del uso y el aprovechamiento de su suelo. "Pero no con la idea de proteger uno que otro monumento o inmueble de época, sino como punto de partida, esencial en la línea estructural de la planeación, como quiera que fue allí que se erigió la idea de la ciudad".
Aunque el CH no cuenta con un Plan Especial de Manejo y Protección, como lo estipula la ley, para intervenirlo, no se debe esperar a su formulación, sino acudir a planes generales, como el POT, que conciben la política territorial de forma integral.
Las recomendaciones y conceptos que aporta la Asociación y los expertos se refieren esencialmente a actividades permitidas, tratamientos y usos. Presentamos un resumen de estas propuestas.
El Centro Histórico en Manizales comprende desde la calle 25 hasta la 17, con carreras 25 a 19. Alberga bienes inmuebles de arquitectura republicana y su área de influencia, ubicados en el centro tradicional de la ciudad. La Secretaría de Planeación Municipal dice que allí hay 135 edificios declarados Bien de Interés Cultural.
* Hablar de un conjunto discontinuo de inmuebles de arquitectura republicana y no de un CH vivo y dirigido a la calidad de vida de la gente no contribuye a buscar soluciones integrales.
* El Patrimonio, como legado ambiental y cultural no tiene el peso que debería.
* Hay una distribución inequitativa de cargas y beneficios para los propietarios de Bienes de Interés Cultural, por lo que algunos han optado por la ruina y así buscan demolerlos.
* No hay una política pública de rehabilitación residencial, según usos y funciones acordes a edificios y espacios.
* Hay abuso de usos del suelo. Proliferan salas de juego y casinos (por lo menos 30 en la carrera 23), prostíbulos disfrazados de residencias en edificios patrimoniales que no son compatibles con usos de vivienda y educación.
* La adjudicación del espacio público con fines comerciales es caótica y no responde a criterios de planeación y defensa del interés colectivo.
* Las políticas públicas se restringen al control social, ornato y equipamiento, pero se olvida la promoción social, ambiental y económica.
* No hay suficiente oferta de parqueaderos, ni una política peatonal ni un adecuado control del tránsito.
* No hay oferta cultural y las empresas culturales prefieren ubicarse en otras zonas de la ciudad por falta de incentivos.
Dada la multifuncionalidad del Centro Histórico Patrimonial, que hace parte del Paisaje Cultural Cafetero, y la tendencia a la mezcla de usos, especialmente el comercial, lo hacen más atractivo para la actividad ciudadana. Se considera que debe permitirse un uso múltiple, manteniendo las funciones tradicionales (comercial, administrativa y financiera), recuperar el uso residencial y promover el uso turístico. También requiere un manejo diferenciado para la aplicación de tratamientos, incluidos los de tipo predial, y el control de impactos.
Se debe evaluar particularmente para asignar usos del suelo en áreas de conservación, deterioradas, en proceso de recuperación o recuperadas para preservar la identidad sin limitar la competitividad económica.
A. De conservación: Aplicable en sus distintas modalidades en áreas, edificaciones o elementos urbanos (como el espacio público) que por su homogeneidad y valor urbanístico, arquitectónico, histórico, artístico o ambiental deben ser preservados.
B. De Rehabilitación: Aplicable en áreas o edificaciones en proceso de transformación o remodelación, que requieren recuperar usos, valores estéticos, o de animación urbana.
C. De Revitalización: Aplica a infraestructuras, sistema verde, edificaciones, y movilidad para el uso público teniendo en cuenta las restricciones y los estímulos dirigidos a revivir áreas deterioradas (por vandalismo e informalidad) y a recuperarlas para el uso activo, organizado, público y dinámico. Incluye nuevas tecnologías sostenibles: las Smart Cities.
Se ha perdido por la funcionalidad reducida a ciertas horas del día y por la degradación, desvalorización y pérdida de la calidad de vida. Algunas normas frenan la inversión en vivienda en esta área y sus alrededores.
Recomienda recuperar la vocación de vivienda en el CH y el Centro Tradicional con planes parciales. Un proyecto detonante sería el de Única. Considera además que el nuevo POT debe promover una estrategia para recuperar y redensificar, lo que incluiría identificar predios, remover barreras normativas, planificar una adecuada movilidad y crear incentivos para la adecuación y construcción de nuevas viviendas estratos 3 y 4, así no seguir priorizando el desarrollo urbano en la expansión hacia la periferia.
Se sugiere propiciar un diseño urbano que permita recuperar lo que denominan "corazones de manzanas" para destinarlos a usos de convivencia residencial, e incentivar la función de vivienda en bienes declarados patrimonio cultural a fin de equiparar las cargas con beneficios en impuesto predial y en la estratificación de servicios públicos.
Debido a que el Centro institucional ha ido migrando a otras zonas de la ciudad se recomienda establecer un pacto interinstitucional para las empresas del Estado. "Se han venido perdiendo los elementos simbólicos de múltiple nivel con referentes históricos para la memoria; esta situación genera un desarraigo institucional, ¿donde está el Estado?".
Complementar el uso residencial con otros públicos y comunitarios como los culturales, educativos y sociales para hacer más atractivo el CH, en especial en el segmento universitario, actualmente alejado del Centro.
Instalar un gran equipamiento en exsede bancaria, la tematización del CH con Ruta Cafetera (señalización edificios, oficios, ferias, entre otros), apertura de café teatros, café conciertos.
* Los que pongan en riesgo los valores del patrimonio cultural y la memoria colectiva.
* Los incompatibles o prohibidos, con una incidencia negativa en el entorno residencial y cultural (salas de juego, cantinas y prostíbulos).
* Baños saunas, la actividad de restaurante y baile (insonorización) y los servicios de alojamiento por horas con acompañamiento de licor (asimilarlos a lo que son realmente y diferenciarlos de los hoteles) deben ser reclasificados.
1. Los propietarios de Bienes de Interés Cultural deberán presentar cada dos años un informe sobre el estado de estos predios, que puede evaluar la Junta de Patrimonio Cultural de Manizales con base en una ficha técnica.
2. Establecer sanciones severas a los que propicien la ruina de las edificaciones para llevarlas a la demolición y luego especular con los lotes. No se debe dejar llegar al deterioro de los inmuebles, que implique peligro para la ciudadanía.
3. En la Junta de Patrimonio es necesario que asistan los dos curadores urbanos como integrantes principales, el representante del Concejo Municipal e incorporar la participación de la Secretaría de Medio Ambiente.
4. Promover en el CH un acceso fácil, cómodo y seguro; igualmente su movilidad interna para no generar pérdida de tiempo. Desplazar el tráfico de paso hacia otros sectores, mediante la especialización de corredores viales específicos.
5. Realizar campañas de educación para todos los actores involucrados en la movilidad y aprendan a moverse en el CH, buscando incentivar ante todo la protección del peatón.
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