ALEXANDRA SERNA
LA PATRIA | MANIZALES

La familia que vivió cuatro años y tres meses en el parque El Arenillo saldrá este viernes de ese sitio. La Inspección Segunda de Policía inició el año pasado la restitución de este bien público, que sigue abandonado. Las secretarías de Obras Públicas y de Deportes deben definir quién lo manejará formalmente.
"Salgo como entré, sin un solo peso. Nos conseguimos unos bajos cerquita, y tocará rebuscarme la plata", expresó resignado Fernando Buriticá, que llegó con su esposa al lugar en el 2008.
Cuando empezó a trabajar en el parque tampoco le pagaban, sino que recibió unas tejas a cambio de su mano de obra. Luego abrió una tienda en el parque, donde atendía los domingos a los visitantes.

Antecedente

Buriticá fue contratado para reconstruir los baños, que habían sido robados, como LA PATRIA publicó el 23 de mayo de ese año. También desmantelaron una caseta que este hombre adecuó para cuidar el sitio por las noches; lo que se hizo sin documentos de por medio, pero con el visto bueno de la Secretaría de Deporte.
Hasta la Contraloría de Manizales hizo en 2010 una función de advertencia porque como el parque estaba a cargo de un tercero, podría llevar a reclamos por posesión del bien. El Municipio dijo varias veces que que entregaría el sitio en comodato, y no lo hizo.

Deteriorado

El abandono de El Arenillo se nota actualmente en la falta de poda, de mallas en las canchas de baloncesto y de fútbol, de luminarias y de pintura en los juegos infantiles. Lo único que saca la cara es el aseo, a cargo de un contratista que limpia escenarios deportivos y zonas verdes.
Aunque a finales de 2008 la Secretaría de Obras Públicas ejecutó $48 millones en la recuperación del sitio, esa inversión se perdió al no tener continuidad en el mantenimiento.
El consumo de drogas en el parque es otro motivo para que los escasos visitantes afirmen que el sector está olvidado (ver recuadro Cómo ve el parque). Incluso la única cámara de seguridad en la zona está inactiva.
Esto llevó a que el Invama no repusiera el año pasado 17 luminarias y el transformador que habían robado, siendo el segundo desmantelamiento del alumbrado del sitio. El primero fue a inicios de 2008. "La inversión sería de por lo menos $25 millones, que no vamos a hacer hasta que haya un doliente. Hablamos con el secretario de Deporte sobre la posible entrega de unas canchas para practicar tejo, pero eso tampoco se concretó", sostuvo John Jairo Castro, encargado del alumbrado público del Invama.

Apenas definen

Tras la salida de Fernando y de su familia este viernes, le queda al Municipio la tarea de garantizar la vigilancia del parque para que no termine convertido en un basurero o un lugar de consumo.
No obstante, los secretarios de Deporte, Gilberto Serrato, y de Gobierno, Paula Andrea Sánchez, afirmaron que todo depende del rumbo que Obras Públicas le quiera dar al espacio.
Serrato agregó que han pensado en entregar el parque a una empresa, lo que no es nuevo, y Sánchez dijo que le solicitará a la Policía que aumente los patrullajes en el sector. Deben decidir, por ejemplo, si las brigadas con habitantes de la calle continuarán allí, como se hizo hasta el año pasado.
Según Jorge Iván Salazar, secretario de Obras Públicas, una vez reciban el parque evaluarán las necesidades, porque deben atender otros 300 en la ciudad, y la intervención en El Arenillo "no será muy severa, porque se descompleta el presupuesto para los demás sitios".

Cómo ve el parque

José Orlando Osorio, pensionado
Aseado, pero inseguro. De vez en cuando aparecen unos personajes que no son muy agradables.

Juan Manuel Toro, estudiante
Limpio, pero acabado, le falta la cerca a una cancha y no todos los baños están funcionando.

José Cipriano Luna, pensionado
Muy abandonado, uno ya no puede jugar porque el balón se va y se pierde. Vengo con un perro, por la inseguridad.

Otro caso en Manizales

Durante 11 años la familia Murillo Arenas ocupó una escuela pública en el barrio Aranjuez, hasta que el año pasado tuvo que entregar el inmueble, que permanecía abandonado. Blanca Iris Murillo explicó que su estadía allí obedecía a que no tenía cómo pagar arrendamiento en otro sitio, y que luego pudo hacerlo cuando consiguió trabajo, aunque temporal.